Blogia
El Cafelito

Aquel Niño

Estamos sentados en unos escalones de un frio portal, con nuestros ojos de niños expectantes, ilusionados, ambos con idénticas trencas de color azul. Es Navidad y ambos compartimos las mismas ilusiones y esperamos ansiosos oir la voz del abuelo por el porterillo, cuando la oímos y nos dice que ya podemos subir, nuestros ojos verdes, igualitos, de abren de emoción y luchamos por ver quien llega primero, tirándonos de los gorros de los abrigos...Recuerdo al niño que había en ti. Aquel que decían que si era mi mellizo. Llegaste tres meses después que yo. Te recuerdo con tus rizos, tus gafas de Snoopy, incluso nuestra época de aparato. Eras un niño divertido, de esos que te hacen reir a carcajadas. A veces no me gustabas, cuando me obligabas, durante la época que pasaba en tu casa de Nervión a ver a ese Lucky Loo o jugar al castillo de Hyman. Yo prefería jugar a las muñecas, pero eras mi primo, uno de mis héroes. Tampoco me gustabas cuando me decías que eras mayor que yo, porque yo me adelanté y tu naciste en marzo. Recuerdo como la abuela nos decía que éramos primos, que nunca lo olvidáramos y a veces, ya un poco más mayores no le hacía gracia que durmiéramos juntos, en el sofá cama del cuarto de la Virgen. Donde pasábamos horas en las mecedoras y jugando a los profesores. Recuerdo cuando ella se asomaba al balcón y veía como cruzábamos la calle, haciendo carreras para ver quien llegaba antes a Antojos. Eras un niño divertido. Recuerdo nuestras noches en vela, yo durmiendo en la cama nido de tu dormitorio, cuando tu me hablabas sin parar y yo me quedaba dormida oyéndote. Ahora ya no me hablas así. Has dejado de luchar. Quizás es cierto lo que dice la gente, que simplemente no te apetece luchar, que no te esfuerzas demasiado. No sé que será, pero me gustaría ver, de vez en cuando a ese niño de ojos vivos, que competía conmigo por tonterías, que me hacía rabiar hasta las lágrimas pero que luego me protegía y presumía de prima ante sus amigos. Echo de menos a ese niño. El que se tiraba horas en el baño y no me dejaba entrar, aquel que me persuadía para hacer rabiar al abuelo, escondíendole sus cruzadas y sus sopas de letra. El que me obligaba a escupir desde el balcón del segundo piso de los Remedios, y luego nos escondíamos, muertos de risa, mientras los peatones miraban hacia arriba, uno incluso llamó a la abuela y ella nos regañaba enfadada...

Creo que te quedaste suspendido en el tiempo. No pudiste superar que los tres se fueran de golpe. De que no nos dieran tiempo a hacernos a la idea. Primero mi madre, luego el abuelo y más tarde la abuela. Nuestra abuela Pilar, recuerdo cuando ambos decíamos que no podíamos imaginar nuestra vida sin ella...Y un día nos dejó, riéndose, tan divertida como siempre. Creo que te quedaste suspendido en el tiempo. Que aún estas alli, en esa casa de nuestra infancia, cuando ambos, con sendos baberos iguales, luchábamos por ver quien se comía antes la sopa, o cuando la abuela nos decía que éramos los niños de Petit suit. Te has quedado ahí, esperando su regreso. Has dejado de luchar, de interesarte. ¿Donde te has ido?. Quiero ver a ese primo adolescente, con el que me bebía las copas riéndome sin parar, aquel al que le encantaba llevarme en su coche para que viera que conocías todos los rincones de tu amada Sevilla. Quiero ver de nuevo aquellos ojos, que me miraban tras un capirote en el Puente de Triana, delante de su adorada Virgen. Aquel niño que luchaba siempre por superarme. Ahora has tirado la toalla y me has dejado sola. Y ¿sabes que? te echo de menos y lo peor de todo es que ya no sé como tratarte porque a veces siento, que a este niño mayor no lo conozco, no es el de antes. Quiero que luches y que tengas de nuevo ilusión por vivir. Que vuelvas a ser ese niño divertido, feliz, y de ojos expectantes, atento a la vida...Debes luchar por querer volver. Te estaré esperando.

1 comentario

Elena -

El mundo se está perdiendo a una magnífica escritora... Qué bonito cariño.. tanto sentimiento...