El Sol siempre Gira (2)
Sol entrecerró los ojos y miró al horizonte, al principio no veía nada a causa del fuerte sol del mediodía, pero después, a medida que se acostubraba a la claridad pudo ver el mar, algunos veleros navegaban en la lejanía y se veían pequeños, casi diminutos.
Manuel la miró, sus ojos reflejaban sabiduría y paz..."dime, ¿qué es lo que ves?"
- Veo un mar resplandeciente y maravilloso, dan ganas de meterse en el agua fresca a nadar.
-No, mira más allá, no te centres en el mar ni el agua sino en lo que sientes en este instante, cuáles son las sensaciones que te produce el estar aquí, ahora, en un día como hoy.
De repente, Sol, empezó a pensar en él, en Lorenzo y de repente, sintió...algo muy especial. Es como si el mar, aquella mañana le dijera algo, era como un leve susurro pero ella podía oirlo perfectamente.
Sol miró a Manuel, como ensimismada y sorprendida y a la vez, ciertamente ruborizada porque en un instante habían aflorado dentro de ella, sentimientos que hacía tiempo creía perdidos.
- Ves, mi querida niña, muchas veces tenemos que mirar más a dentro. Lo que nosotros vemos a primera vista siempre es con lo que nos quedamos. Hay que mirar atentos y con sentimiento todo aquello que nos rodea. Entonces te das cuenta de lo que aquello que miras casi todos los días, de repente, un día, puede convertirse en toda una lección magistral en tu vida. Y simplemente has mirado más allá, no del horizonte, ni del mar que tienes frente a ti, has buscado dentro de tu alma y has descubierto que cualquier instante en tu vida puede enseñarte algo.
Sol miró a Manuel con cariño y supo lo mucho que lo quería después de todo. Él era parte de su vida, de aquel lugar, de aquella playa. En realidad siempre lo había sido y de repente, Sol dejó de sentir rencor...
(El Sol seguirá girando...)
Manuel la miró, sus ojos reflejaban sabiduría y paz..."dime, ¿qué es lo que ves?"
- Veo un mar resplandeciente y maravilloso, dan ganas de meterse en el agua fresca a nadar.
-No, mira más allá, no te centres en el mar ni el agua sino en lo que sientes en este instante, cuáles son las sensaciones que te produce el estar aquí, ahora, en un día como hoy.
De repente, Sol, empezó a pensar en él, en Lorenzo y de repente, sintió...algo muy especial. Es como si el mar, aquella mañana le dijera algo, era como un leve susurro pero ella podía oirlo perfectamente.
Sol miró a Manuel, como ensimismada y sorprendida y a la vez, ciertamente ruborizada porque en un instante habían aflorado dentro de ella, sentimientos que hacía tiempo creía perdidos.
- Ves, mi querida niña, muchas veces tenemos que mirar más a dentro. Lo que nosotros vemos a primera vista siempre es con lo que nos quedamos. Hay que mirar atentos y con sentimiento todo aquello que nos rodea. Entonces te das cuenta de lo que aquello que miras casi todos los días, de repente, un día, puede convertirse en toda una lección magistral en tu vida. Y simplemente has mirado más allá, no del horizonte, ni del mar que tienes frente a ti, has buscado dentro de tu alma y has descubierto que cualquier instante en tu vida puede enseñarte algo.
Sol miró a Manuel con cariño y supo lo mucho que lo quería después de todo. Él era parte de su vida, de aquel lugar, de aquella playa. En realidad siempre lo había sido y de repente, Sol dejó de sentir rencor...
(El Sol seguirá girando...)
2 comentarios
Rut -
Encantada de tomar cafelito contigo!
Jota -