Semana Santa
Ya tengo la maleta en la puerta, la sonrisa a punto, el cuerpo a punto y todo a punto. Espero no tener que tener el paraguas a punto, aunque esta mañana sí he tenido que cogerlo, y un poquito más y salgo volando por el puente de San Telmo y me caigo al río Guadalquivir. Y todo porque la gente se cree que el puente es suyo. A ver, si hay un espacio para peatones limitado, señores y señoras, colaboremos todos y seamos buenos ciudadanos. Pero no. Tú tienes que ir como la que está en un videojuego, esquivando obstáculos.
Ayer también esquivé obstáculos, pero eso sí con un calor y un sol a veces soportable y otras insoportable, sobre todo si estabas en un buya típica de Semana Santa. Y es que los sevillanos sospechaban que hoy iba a llover y todos decidieron salir a la calle en masa, para vivir un Martes Santo cofrade al máximo.
Resulta que mi prima Esperanza salió ayer de nazarena en la Hermandad de San Esteban (un consejo, si tenéis hijos o los tenéis algún día, no los dejéis salir de nazarenos). Después de mirar a los ojos de quinientos nazarenos, intentaba ver los ojos de mi prima detrás del capirote color azulón, contaba los tramos y decidimos ir directamente al suyo (el Séptimo tramo del Cristo de la Buena Salud y el Buen Viaje), buen viaje no tuve yo precisamente cuando empecé a andar entre la multitud en busca de mi prima. Simplemente para darle un poco de agua a la pobre, que no sé como podía soportar el calor debajo de esa túnica ni cómo podía llevar tan feliz ese cirio que pesaba un quintal. Por fin, un brazo que me sujeta y unos ojos que sonreían a pesar del calor, eso sí que es sentimiento cofrade, pensé yo.
Esa fue la primera batalla ganada. Después tocó buscarla de nuevo, en otra calle donde yo iba a ponerme a gritar porque allí nada más que había niños. Esa calle estrecha, llena de sillas, con niños agobiando a los pobres nazarenos, con eso de : me das cera?...tienes caramelos?...me das una estampita?...Y yo en busca de nuevo de los ojos de mi prima para darle un bocadillo de tortilla y más agua...
En fin, que les dejo a ellos la Semana Santa, que yo ya me voy, y eso que de pequeña yo era la más cofrade, todo el día con mis primas buscando los pasos por la esquinas, y yo, feliz.
Los tiempos cambian, así que hoy, a las dos de la tarde pondré rumbo a Marbella, dejando atrás este bullicio de fe y eso sí que tengo que reconocerlo, de muy buen ambiente, porque si no estás al lado del paso, da gusto estar en la calle.
Os deseo a todos a los que como yo, empezáis hoy a disfrutar, unas felices vacaciones!
Un beso y hasta la vuelta!
Ayer también esquivé obstáculos, pero eso sí con un calor y un sol a veces soportable y otras insoportable, sobre todo si estabas en un buya típica de Semana Santa. Y es que los sevillanos sospechaban que hoy iba a llover y todos decidieron salir a la calle en masa, para vivir un Martes Santo cofrade al máximo.
Resulta que mi prima Esperanza salió ayer de nazarena en la Hermandad de San Esteban (un consejo, si tenéis hijos o los tenéis algún día, no los dejéis salir de nazarenos). Después de mirar a los ojos de quinientos nazarenos, intentaba ver los ojos de mi prima detrás del capirote color azulón, contaba los tramos y decidimos ir directamente al suyo (el Séptimo tramo del Cristo de la Buena Salud y el Buen Viaje), buen viaje no tuve yo precisamente cuando empecé a andar entre la multitud en busca de mi prima. Simplemente para darle un poco de agua a la pobre, que no sé como podía soportar el calor debajo de esa túnica ni cómo podía llevar tan feliz ese cirio que pesaba un quintal. Por fin, un brazo que me sujeta y unos ojos que sonreían a pesar del calor, eso sí que es sentimiento cofrade, pensé yo.
Esa fue la primera batalla ganada. Después tocó buscarla de nuevo, en otra calle donde yo iba a ponerme a gritar porque allí nada más que había niños. Esa calle estrecha, llena de sillas, con niños agobiando a los pobres nazarenos, con eso de : me das cera?...tienes caramelos?...me das una estampita?...Y yo en busca de nuevo de los ojos de mi prima para darle un bocadillo de tortilla y más agua...
En fin, que les dejo a ellos la Semana Santa, que yo ya me voy, y eso que de pequeña yo era la más cofrade, todo el día con mis primas buscando los pasos por la esquinas, y yo, feliz.
Los tiempos cambian, así que hoy, a las dos de la tarde pondré rumbo a Marbella, dejando atrás este bullicio de fe y eso sí que tengo que reconocerlo, de muy buen ambiente, porque si no estás al lado del paso, da gusto estar en la calle.
Os deseo a todos a los que como yo, empezáis hoy a disfrutar, unas felices vacaciones!
Un beso y hasta la vuelta!
1 comentario
Cristina -
En fin que ya queda na pa irnos de aqui y disfrutar de una Semana Santa diferente...ehh!!!Estas nerviosa? Verás que bien...Vivelá inntensamente, sin pensar en ayer ni en mañana...