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El Cafelito

De viaje...

El embrujo del mojito

El embrujo del mojito Todo comenzó más o menos a las siete de la tarde, cuando todos pusimos un pie el en Ranchón Cubano. Nuestro propósito era tomar sólo un par de mojitos e irnos a casa para cambiarnos para salir. Ja! La primera ronda comenzó tranquilita, todos sentados en las mesas de fuera escuchando la música...con la segunda ronda ya nos fuimos acercando a la pista de baile y a la tercera ya estábamos en medio de la pista gritándole al grupo lo típico de: otra, otra...En fin, que el sábado el Ranchón no fue el embrujo del amor sino más bien, el embrujo del mojito.

A la cuarta ronda ya nos perdemos un poco y hay lagunas que no nos dejan recordar con claridad que fue lo que ocurrió aquella noche. El chiringuito lleno de gente y no sé como pero siempre teníamos un mojito en la mano, entre baile y mojito nos plantamos a las cinco de la mañana. A esa hora ya no éramos personas normales, habíamos perdido por completo el norte y bailábamos que nos creíamos latinas, nos faltaba hablar cubano.

Hasta la hora que decidieron arrastrarnos a casa en contra de nuestra voluntad hubo un poco de todo: subidas al escenario, ser capaz de bailar con dos bandejas de comida en la mano, alguien que se cae a la arena y arrastra a la otra al suelo, un chico salvador que la recoge en volandas, y un coche que se queda encallado en la arena hasta la mitad...y como no, al día siguiente una familia entera muda y sonámbula deambulando por la casa en busca del Neubrufen 600.

Hemos llegado a la conclusión de que ese lugar te embruja, tanto que hasta te hace perder la memoria así que si alguna vez vais por allí tened mucho cuidado y fijaros muy bien en que clase de mojito os sirve el camarero.

"Ranchón cubano: el embrujo del amor..."

"Ranchón cubano: el embrujo del amor..." “Ranchón cubano. El embrujo del amor”, así reza el cartel de su puerta. Está situado en una especie de descampadillo a la orilla del mar, no se divisa desde ningún ángulo de la carretera, está más bien escondido. Tienes que convertir tu coche en un todoterreno de safari y subir terraplenes hasta llegar hasta él. Es un chiringuito típico de playa, con sus vigas de madera, sus mesas al aire libre, hamacas de bambú y sombrillas que parecen palmeras. Hasta ahí todo parece normal. Cuando entras la cosa cambia, es como si te teletransportaras y de repente estuvieras en alguna playa de la isla caribeña. El techo está cubierto de banderas de los países sudamericanos y todo el mundo baila en la pista al son de la salsa: merengue, bachata...
Lo mejor de todo es que todo el mundo está en bikini, pareo, con los pelos llenos de salitre y quemados por el sol, a simple vista parece que ninguno es español. Yo llegué a las 7 de la tarde más o menos acompañada de mis tías (todas más de 40) pero que parecen que tengan mi edad porque esa tarde me di cuenta de que tenían más marcha que yo.
Te sientas en un mesa de madera, que da directamente al mar, con una palmera como sobrilla y te ponen un mojito por delante.

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Mojito:
Ingredientes:- Ron- Limón - Agua mineral con gas- Hierbabuena - Azúcar (Si está húmedo mejor)

Elaboración:
En un vaso se echan dos cucharadas de azúcar. Se agrega una copa de ron y el zumo de un limón. Revolver hasta que se disuelva el azúcar. Agregar agua mineral con gas, (la misma cantidad que ron o un poco más) y la hierbabuena. Revolver de nuevo. Llenar de hielo hasta el borde.
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Vamos, que tomas dos o tres y ya te pones a bailar que te crees cubana de nacimiento. Entre baile y mojito se hizo de noche. Y mis tías y yo seguíamos bailando “a la izquierda, a la derecha, arriba, en el pecho...aaaazuuuuuca....”. Cuando se hace de noche el Ranchón cubano enciende sus antorchas, todas las que rodean el chiringuito al borde del mar...si cuando su cartel reza “el embrujo del amor” es por algo.

En fin, que esta tarde, a la Jelen, a Sarita y a mi, ese embrujo nos está esperando. El lunes os contaré que tal fue la experiencia.

Un besito y buen fin de semana!!!

(pd: todos los que tengáis alguna velita cerca, encendedla por favor, que mi hermanita está haciendo su examen de oposición!!!!!!)

Ahora si: fin de semana "turco"

Ahora si: fin de semana "turco" El fin de semana “turco”, es una historia de tres, y por ello, cada una de nosotras, las que hemos vivido este intenso fin de semana vamos a dar nuestra visión por separado:

Rut: en realidad no se puede resumir en pocas líneas lo que este fin de semana ha sido para mi. En primer lugar volví a descubrir a mis verdaderas amigas y descubrí una vez más por qué son las mejores. Desde que Cris llegó de Madrid a Sevilla hemos compartido comidas, paseos por Sevilla, un viaje lleno de anécdotas y un fin de semana al estilo “turco”. Desde que llegamos a Marbella todo fue diversión. La lectura de la agenda de 4ª de carrera en el jardín, lo que nos reímos con lo de “perro come a perro”, el jacuzzi y la hora y media metidas en el baño turco (el primero del finde), luego ese Josh en Obsesión. Sábado = Playa. Todo el día en Mistral, disfrutando mucho más del día de sol, sin para de reír, con ese cafelito con hielo...Visita en Curro por Banús y Marbella y otra vez Turco. Turco= a dedos arrugados. Después vino la cena en Picasso, con la sangría que nos hizo perder los papeles e hizo que nos doliera la mandíbula. La canción de tortura a todo volumen, aún palpitando en nuestros oídos. Los bailes en todos los bares en los que estuvimos...El domingo fue un punto y a parte, mezcla de melancolía y alegría por lo vivido, con peleas en la cama con mis niños chicos. El domingo fue la despedida del baño turco, fue un viaje sin parar de hablar y terminó con una cena al estilo más árabe. Un fin de semana que recordaré toda mi vida, un fin de semana junto a ellas, un fin de semana de locura con “tortura”de fondo.

Elena: La foto que ilustra este artículo lo dice todo..FELICIDAD, con mayúsculas... leí una vez que el ser humano tiene muy pocas horas de felicidad plena a lo largo de toda su vida, pues bien, yo creo que he cubierto mi cupo este fin de semana. La formula ha sido bien sencilla...mezclamos a tres amigas con ganas de pasarlo bien, un paraíso terrenal ( la casa de Ruki...uff), un mucho de sol, una pizca de picardía (ay esa sangria que nos suelta la lengua) y lo agitamos bien con una buena banda sonora (“..yo se que no he sido un santo pero lo puedo arreglar amooor..”)y... voilá! No lo olvidaré nunca.
A todo esto... hemos vuelto a Sevilla relajadas...morenitas...en fin, no se que mas se le pueden pedir a dos días. Gracias a mis niñas por enseñarme a ver las cosas de otra manera, por mostrarme un cielo mas azul...os quiero!

Cris: Cuando me monté en el AVE en ningún momento pensé que volvería contando lo bonita que es la Torre del Oro, que lo es... Ya sabía que me disponía a pasar los días más felices de los últimos meses. La visita, sin duda, ha superado mis expectativas y creo que también las de esas dos mujeres que me han acogido, porque ya hemos crecido y aunque no tengamos trabajo nos hemos convertido en personas adultas... ¡Qué bonito haberlo hecho juntas!
Rut y Elena ya han relatado nuestras aventuras en esas casi 150 horas maravillosas... Maravillosas, pero me queda una duda... ¿Cómo siendo tan monas y taaaaan simpáticas no se nos acercó ni el más feito de Banús? La pasión, eso es lo que queda pendiente, porque el turco, lo tenemos. Gracias chicas y hasta pronto.

Fin de semana "turco"

Artículo en construcción, perdonen las molestias. Esta noche prometo deleitaros.

Año nuevo, cafelito nuevo!

Hola a todos! Primero felicitaros a todos el año nuevo y desearos un 2005 muy muy feliz. Siento haber estado tan perdidilla pero es que ya sabéis lo que es volver a casita por Navidad. Quedar con las amigas, comprar regalitos, llevar a mis hermanos y sobrinos por ahí, en fin, no parar en todo el día.
Y además he estado pasando el fin de año en Quesada, un pueblecito de Jaén. He estado cinco días que han sido...vamos que nos lo hemos pasado pipa!. Para que os hagáis una idea, Quesada salió una vez en el periódico porque era el pueblo donde más alcohol se consume por habitante, así que imaginaos.
Todo han sido partidas y partidas de cartas, cestas y cestas de pipas y ron y cubatas abarrotando la mesa. También el Cortijo, en medio de la Sierra, dos grados y un frío que pelaba. Pero ha sido un viaje de esos que hacen historia, aún todas tenemos agujetas en la barriga de tanto reirnos. Super divertido!. Un gran viaje para recordar:
Sobre todo las subidas en Currito hasta el cortijo, por esos carriles perdidos de la mano de Dios, sin una luz y con Miguel en una camioneta delante, poniendo los intermitentes en cada curva que daba...Amalia que dio en la diana jugando a los dardos con la potra; ese Miguel vestido de hawaiano la noche del 31, animando a todo el hotel donde cenamos..;
o la última noche (de 6 de la tarde hasta las 5 de la mañana sin parar ni siquiera para cenar), con Cristi y Amalia haciéndome la sillita de la reina..en la última borrachera tan divertida..yo haciendo de la mías, pidiéndole al camarero: por favor "póngame un Ron con Brugal...".
La excursión en todo terreno por la sierra de Cazorla, con todos los caminos nevados, esa pelea en medio de la nieve, con el brutillo de Miguel acribillándonos a pelotazos; y la primera noche en el cortijo, congelados y a punto de entrar en estado de hipotermia, con el cuerpo calentito en la cama y la nariz y los cachetes rojos de frío, esa Amalia durmiendo con guantes. Y lo mejor de todo, cuando Fernando me cogió en brazos como si fuera un bebé, completamente tapada con el endredón de plumas que sólo se me veía la cara y empezó a mecerme en volandas cantando "A nacidooo el niño Diossss..." por toda la casa...jajajajajajaja.

En fin que podría continuar durante horas hablando de nuestro viaje a Quesada, la verdad es que hemos empezado el año con muy buen pie. A ver si seguimos así durante todo el 2005.

Espero que todos hayáis vivido un viaje o momentos tan divertidos estas Navidades. Disfrutad de lo que queda y que esta noche se porten muy bien lo Reyes Magos!

Besitos

¡ Vivan los domingueros!

¡ Vivan los domingueros! Ayer supe lo que es un atasco de verdad, más de una hora estuvimos parados en la carretera, en cualquier pueblo de la carretera que une Sevilla con Huelva.
Ayer se nos ocurrió la genial idea a mis primas, a unas amigas y a mi, de irnos al Portil(Huelva) a pasar el día en la playita. Huyendo de los 39 grados de Sevilla a las 10:00a.m, nos pusimos en camino con nevera y sombrilla en mano.
Después de perdernos por las calles de Huelva (fallo mio por creerme tan lista, sí si, yo os llevo directamenete a la playa...jejeje) llegamos al Portil. Allí, no había coches...que va, ni gente! había CASAS instaladas en la arena, con toda la familia y el perro, por supuesto.
Como pudimos nos hicimos un hueco en la arena para instalar nuestra sombrillita.
Después del atacamiento y el estrés (por culpa de Mariadeeeee)en nuestra ruta turística por la ciudad onubense, un baño nos sentó más que bien.
El mal humor y el calor se quedaron en el agua. Y pasamos un día de esos que quedan para el recuerdo. Cada diez minutos y no exagero estábamos en el agua, agua que más que agua era caldo del puchero y ni siquiera te refrescaba pero aunque estaba caliente y tenía mil quinientas algas en el fondo, nosostras disfrutábamos de cada baño como si fuera el último, (cosas que tiene el vivir en un noveno piso sin aire acondicionado en pleno centro de Sevilla). Que cualquier cosa te parece el paraíso. Eso me pasa por decidir irme a vivir a Sevilla en vez de quedarme en Marbella, que quien me mandaría a mi...Ahora me acuerdo todos los días de esa decisión.

En busca del chiringuito

A eso de las cuatro y media de la tarde, la protección 8 ya no hacía efecto y tuvimos que andar y andar hasta el chiringito más cercano. Un poquito más y nos tienen que llevar en camilla hasta allí, qué caló!!!
Y por supuesto nos pedimos ese café con hielo....y después Mde, Sara y yo, nos pedimos esas tres cervezas con hielooo, si si, a las 5 de la tarde bebiendo cervecita...Después de reirnos, hacer el tonto y fotos sin sentido (a ver si mañana pongo alguna aki), el camarero q nos seguía viendo con sed y ganas de beber nos trajo otras tres cervezas...

Sería por el calor y por las tres cervezas que corrían por nuestro cuerpo por lo que la hora y media que estuvimos atascadas fue tan divertida. Yo ni siquira me ataqué, cosa rara en mi cuando voy al volante. Todo comenzó en el kilómetro 52 y acabó en Sevilla claro.
En el atasco había de todo, gente que como nosotras sacó el picnic en el coche, otras como Mariade que sacaba el cuerpo por la ventana del techo de mi currito(mi coche) y nos informaba de como iba la cola, otros que venían de Portugal, con las banderas de España sacadas por la ventana y otros pobres que pinchaban y se quedaban obstaculizando la carretera.
En fin, aún podría seguir aquí escribiendo anécdotas de lo que en definitiva fue, un gran "domingo" en la playa.