Sin título...
Se dio la vuelta y apartó su cara, para que él no viera sus ojos, para que él no viera su rostro. Dándole la espalda notaba la mirada de él clavada en su espalda, pero ella no quería volverse, simplemente no era capaz de hacerlo.
En ese instante algo dentro de ella se había roto, se había marchitado a marchas forzadas, desvaneciendo cada alegría que había dentro de ella, sumiéndola en una gran tristeza, en un sentimiento hasta ahora desconocido para ella.
En décimas de segundo había dejado de importarle, como si su rostro, su cara y su cuerpo estuvieran hechos de un material invisible. Ya no quería volver a ver su cara, el desengaño y la decepción habían anulado todos los buenos momentos de su cabeza y en ese instante, con él observándola por la espalda sintió deseos de desaparecer, de hacerlo desaparecer al él, no de detrás suyo sino de todos los rincones de su piel, de su cabeza, de su corazón y de su vida...pero eso iba a ser difícil.
Muy despacio fue capaz de darse la vuelta, con la vista en el suelo, e hizo lo imposible por no desvanecerse cuando lo miró de nuevo, una última vez, y se sorprendió, porque ahora era él el que ocultaba su rostro, aquello no tenía sentido...
En ese instante algo dentro de ella se había roto, se había marchitado a marchas forzadas, desvaneciendo cada alegría que había dentro de ella, sumiéndola en una gran tristeza, en un sentimiento hasta ahora desconocido para ella.
En décimas de segundo había dejado de importarle, como si su rostro, su cara y su cuerpo estuvieran hechos de un material invisible. Ya no quería volver a ver su cara, el desengaño y la decepción habían anulado todos los buenos momentos de su cabeza y en ese instante, con él observándola por la espalda sintió deseos de desaparecer, de hacerlo desaparecer al él, no de detrás suyo sino de todos los rincones de su piel, de su cabeza, de su corazón y de su vida...pero eso iba a ser difícil.
Muy despacio fue capaz de darse la vuelta, con la vista en el suelo, e hizo lo imposible por no desvanecerse cuando lo miró de nuevo, una última vez, y se sorprendió, porque ahora era él el que ocultaba su rostro, aquello no tenía sentido...
5 comentarios
Rut -
Marta -
flamingo -
monocamy -
Pero ni tan difícil de olvidar y desterrar de los rincones de la piel eh? lo que pasa es que hay que proponérselo.
Lo que pasa es que la gente quiere olvidar, a veces, pero imagina a su amado/a cabalgando a cámara lenta en un caballo blanco, entre los lirios, o flotando sobre la arena de la playa mientras se acerca, haciendo ondear los visillos de su túnica inmaculadamente blanca. Así es imposible, claro.
Si quieres olvidar a alguien empieza a desmitificarlo. Imagínalo en el WC, que también va, por poner un ejemplo.
Ay, estos yogurcitos...
Un beso, gamberra
:*
Carlos -
Al leer el titulo de tu post, he pensado que te habías quedado sin "el titulo" que vas a buscar... jejeje
Oye, mu chulos tus ultimos textos... Pasatelo bien en Madrid.