No me llames Lucía, llámame Lola...
Todo comenzó porque Pao decidió cambiarnos los nombres, como ella se había cambiado el suyo, pues decidió que lo mejor era cambiárselo también a sus amigas. Di que sí!. Desde entonces, Lucía pasó a llamarse Lola, así, sin más, por toda la cara. A mi me apodó Lili, ¿que por qué?, pues porque sí.
Desde aquel día en que dejó de llamarse Lucía, Lola disfruta de su nuevo nombre, a ella le encanta. Tanto, que incluso también se lo cambia a la gente, en vez de Macarena, las llama Maricarmen...en fin, esa es otra historia. Hoy, como últimamente ha sido gran protagonista del cafelito he decidido hacerle un pequeño homenaje.
Pero empecemos desde el principio. Lola pasó toda su infancia en un colegio del Opus, era una chapera de los pies a la cabeza, estuvo ahí reprimida durante muuuucho tiempo, hasta que sus padres decidieron enviarla a Madrid para abrirse camino, y vaya si se lo abrió. Cuando llegó a la capital toda ella cambió. No ha vuelto a ser la misma desde entonces.
Lola era de las que en clase se colgaba del perchero...si sí, del perchero, y bailaba sevillanas con los pies colgando.
Lola era la que se iba por las noches de las fiestas del campo de Pao y volvía por la mañana con el desayuno. Su madre tenía miedo de que si se quedaba a dormir acabara convirtiéndose en lo que al final se ha convertido (en el buen sentido eh?). Recuerdo que una vez se sentó en una mecedora y se puso a hacer de vieja, mientras más nos reíamos, más se metía ella en su papel; u otro día, en el que nos hicimos por lo menos ocho fotos y en ninguna salíamos decentes. A la Lola le encantan las fotos, pero jamás la verás como es ella en realidad en alguna foto, bueno en realidad sí, porque ella es payasa a todas horas.
Una vez en un botellón, se quedó mucho rato con la cabeza agachada hacia la arena, ya sabíamos que algo tramaba porque estaba muy callada y eso no es típico de ella. Entonces alguien le habló y cuando levantó la cabeza se había puesto dos tapones amarillos de coca-cola en los ojos...estuvimos riéndonos una hora por lo menos. Así es ella.
Hace poco se cayó en Puerto Banús, también típico de ella, y luego se extraña de que le salgan cardenales extraños por todo el cuerpo. Así es la Lola, tal y como muestra la foto.
A ella le encanta ser anfitriona cuando vamos a su casa a tomar café, y es que nuestra estancia en Marbella no tiene sentido si en el cafelito en casa Jalu. Un 10 para sus bizcochos de chocolate.
Yo antes discutía mucho con ella, no nos entendíamos muy bien, ella iba por un lado y yo por otro, las dos cabezonas como nosotras solas. Pero hace mucho tiempo que no discutimos, será que nos estamos haciendo mayores. Mayores en parte porque en el fondo creo que todas seguimos siendo el mismo grupito de siempre, aunque ahora algunas ya seamos licenciadas...(en paro).
En fin, que nuestra Lola tiene un punto especial porque siempre consigue hacernos reír, aunque a veces le tengamos que poner un punto en la boca, porque eso sí, no calla ni debajo del agua, pero así es ella. Si ella no fuera parlanchina, número uno en contar historias, no hiciera el payaso y saliera bien en las fotos no sería nuestra Lola, y nosotros la queremos tal y como es, así que como ella diría esto se acaba: ala eh maja? a mandar!!!
(Agradecimientos: a ella, a la Loli!!! por inspirarme a escibir en servilletas cosas como esta. Un besito guapa y sigue siempre así eh? no cambies "naita")
Desde aquel día en que dejó de llamarse Lucía, Lola disfruta de su nuevo nombre, a ella le encanta. Tanto, que incluso también se lo cambia a la gente, en vez de Macarena, las llama Maricarmen...en fin, esa es otra historia. Hoy, como últimamente ha sido gran protagonista del cafelito he decidido hacerle un pequeño homenaje.
Pero empecemos desde el principio. Lola pasó toda su infancia en un colegio del Opus, era una chapera de los pies a la cabeza, estuvo ahí reprimida durante muuuucho tiempo, hasta que sus padres decidieron enviarla a Madrid para abrirse camino, y vaya si se lo abrió. Cuando llegó a la capital toda ella cambió. No ha vuelto a ser la misma desde entonces.
Lola era de las que en clase se colgaba del perchero...si sí, del perchero, y bailaba sevillanas con los pies colgando.
Lola era la que se iba por las noches de las fiestas del campo de Pao y volvía por la mañana con el desayuno. Su madre tenía miedo de que si se quedaba a dormir acabara convirtiéndose en lo que al final se ha convertido (en el buen sentido eh?). Recuerdo que una vez se sentó en una mecedora y se puso a hacer de vieja, mientras más nos reíamos, más se metía ella en su papel; u otro día, en el que nos hicimos por lo menos ocho fotos y en ninguna salíamos decentes. A la Lola le encantan las fotos, pero jamás la verás como es ella en realidad en alguna foto, bueno en realidad sí, porque ella es payasa a todas horas.
Una vez en un botellón, se quedó mucho rato con la cabeza agachada hacia la arena, ya sabíamos que algo tramaba porque estaba muy callada y eso no es típico de ella. Entonces alguien le habló y cuando levantó la cabeza se había puesto dos tapones amarillos de coca-cola en los ojos...estuvimos riéndonos una hora por lo menos. Así es ella.
Hace poco se cayó en Puerto Banús, también típico de ella, y luego se extraña de que le salgan cardenales extraños por todo el cuerpo. Así es la Lola, tal y como muestra la foto.
A ella le encanta ser anfitriona cuando vamos a su casa a tomar café, y es que nuestra estancia en Marbella no tiene sentido si en el cafelito en casa Jalu. Un 10 para sus bizcochos de chocolate.
Yo antes discutía mucho con ella, no nos entendíamos muy bien, ella iba por un lado y yo por otro, las dos cabezonas como nosotras solas. Pero hace mucho tiempo que no discutimos, será que nos estamos haciendo mayores. Mayores en parte porque en el fondo creo que todas seguimos siendo el mismo grupito de siempre, aunque ahora algunas ya seamos licenciadas...(en paro).
En fin, que nuestra Lola tiene un punto especial porque siempre consigue hacernos reír, aunque a veces le tengamos que poner un punto en la boca, porque eso sí, no calla ni debajo del agua, pero así es ella. Si ella no fuera parlanchina, número uno en contar historias, no hiciera el payaso y saliera bien en las fotos no sería nuestra Lola, y nosotros la queremos tal y como es, así que como ella diría esto se acaba: ala eh maja? a mandar!!!
(Agradecimientos: a ella, a la Loli!!! por inspirarme a escibir en servilletas cosas como esta. Un besito guapa y sigue siempre así eh? no cambies "naita")
9 comentarios
gloria -
gloria -
weno lola q te kiero mucho lokita y q no cambien nunk!!
Marta -
Mari Carmen pa los amigos -
Besos a todas.
DuNa -
Gracias por tu visita, volveré por aquí y te devolveré el link :-)
Rut -
"la lola" -
"Bueno...no me lo esperaba...
Quisiera agradecer este premio a mis padres que tanto me ha apoyado..jiji...si supieran, a mis amigas por reirme siempre las gracias aunque de vez en cuando me he llevado algun pin inesperado, a mis perros Otto y Trasto, y como no a las mas mejores amigas del mundo mundial que se puede tener en la vida..." y ahora voy y lloro!jaja!
Pues si, esa soy yo, y que bien lo has hecho, creo que aun me sigo riendo de los tapones amarillos. Y ahora en serio, me encanta Ruka! nunca me habian hecho un homenaje...aunque eso se suele hacer cuando una ya esta muerta, no? bueno, si lo miras de otro modo...soy tan estupenda que antes de morir mi obra(en este caso social) ya es reconocida!Desde luego que es todo un honor ser homenajeada en tu cafele (aunque el de mi casa sea el mejor...jiji) MUCHAS GRACIAS LILIIIIII! Mil besitos de La Lola.
Carlos -
El otro día con lo del Premier y hoy con esto!! Bueno niña, ya nos vemos!! Gracias por tus palabras, son muy amables siempre!
susana -