Blogia
El Cafelito

Sin pensar

Búsqueda

Te busqué por todas partes,

En mi felicidad, en mis sentimientos,

Te busqué en mi locura, en mi tristeza, te busqué incluso cuando era absurdo buscarte.

 

Te busqué en lugares ocultos,

Miraba caras y caras y no hallaba ninguna respuesta.

 

Tenía tantas ganas de encontrarte.

 

Te busqué en el pasado, en mi presente, te busqué cuando era más feliz que nunca...

Cuando mi alma estaba tranquila, relajada...un día dejé de buscarte a cada paso.

 

Dejé de mirar en cada rincón, dejé de querer encontrarte y me dediqué a mi.

 

A mi felicidad, a mis propios deseos, dejé volar mi imaginación hasta lograr lo que siempre había deseado, eso que alguna vez en la vida buscamos desesperadamente. Quizás lo tenía justo delante de mi, incapaz de verlo...

 

Te buscaba ahí arriba, y aquí abajo...hasta que un día irremediablemente largo, mis ojos creyeron vislumbrarte, en un rincón, ajeno a mi búsqueda. En ese instante dejé de respirar, de sentir, se paralizó cada sentimiento que ahogaba mi cuerpo. Y todo cambió.

 

Ahora te busco de otra manera, cada mañana. En una risa, en un despertar, debajo de una manta. Te busco en sueños y en la realidad, sabiendo que estás ahí con tan solo alargar un brazo.

 

Ahora te busco y te veo...por fin te veo. En mi propio reflejo, e incluso a veces, te encuentro dentro de mi...expectante.

 

Ya he dejado de buscar porque siempre ha estado ahí. Delante de mi.

 

Tus ojos. Tu sonrisa. Mi búsqueda.

Sin título...

Aquella mañana él estaba sentado al pie de la escalera, con su cara hundida sobre sus piernas y el pelo revuelto. En sólo décimas de segundo su mundo se había vuelto oscuro e incierto, todo había quedado patas arriba y desordenado. Si intentaba levantarse se tambaleaba y le entraba vértigo. Un vértigo que ya no le abandonaría durante el resto de su vida.

Con los ojos rojos e hinchados levantó la cabeza hacia el techo, resignado, pidiéndole a alguien una explicación, a alguien que le dijera que todo había sido una broma, que nada de lo que le habían dicho era cierto y que todo estaba bien...él necesitaba oir esas palabras para volver a vivir, para poder volver a respirar y no sentir que se ahogaba cada segundo.

Pero nadie le diría aquello y él lo sabía. Por eso estaba ahí, hundiendo su rostro en sus propios recuerdos, en su propio dolor, no sabía como podría vivir con aquello, como mirar a la gente a la que él más amaba y actuar como si no ocurriera nada. Ocultarles a ellos,a su propio reflejo que todo era normal...No creía que lo pudiera aguantar, él sólo, con un sólo corazón y una sola cabeza para pensar y actuar...y con tanta gente bajo su responsabilidad.

Se secó las lágrimas e intentó secarse también su alma y su corazón pero no pudo. Aún con la respiración ahogada y entrecortada se fue hacia el aseo para recomponerse. Si alguien no tenía que verlo angustiado era ella...Cuando entró en la habitación y la vio sobre la cama, no pudo más que sonreír al verla. Ella estaba dormida y él se sentó junto a su cama. La miró durante largo rato: su pelo, su rostro, aquel que él tantas veces había besado, observó su respiración y las débiles arrugas de sus ojos. Todos los años junto a ella pasaron rápidamente por su cabeza: el día que la vio por primera vez, desde su terraza, el día que la besó en aquel parque, cuando tan solo era una niña, el día que le pidió matrimonio, en una nota dentro de una lata de tomate...el día en que nació su primer hijo, cómo había sido una esposa y una madre ejemplar...Dios, cuanto la amaba!

Se quedó largo rato ahí, mirando al amor de su vida, reteniendo en su cabeza todos los momentos con ella, toda una vida llena de instantes felices y sintió una gran satisfacción mezclada con la tristeza que sentía l ver como se le escapaba y él no podía hacer nada para retenerla...Satisfacción porque él había amado, había mado con todo su corazón, y tenía hijos que corroboraban ese amor y esa vida junto a ella. Toda esa vida ya nadie podría arrebatársela, todos los recuerdos siempre serían suyos, guardados.

Ahora él camina con la cabeza alta, tiene más arrugas y los ojos más verdes. Formó una nueva familia pero adorando a cada uno de los miembros, a todos por igual. Hoy lo he visto. Estaba sentado delante de mi, él no sabía que yo le observaba, admirándolo. Lo admiro porque aprendió a vivir de nuevo a pesar del dolor, y siempre que puedo le doy la mano y lo animo a caminar, para que no sienta tanto vértigo...

El sueño

Cerró los ojos y se dio media vuelta en la cama, tenía ganas de seguir soñando, soñando con ese sueño que la había hecho sonreir durante toda la noche. Parecía todo tan real...su vuelta, su caminar tranquilo y su sonrisa. Lo vio caminar hacia ella, como si nada, entró en la casa y soltó su maleta, listo para quedarse, para abrirse un hueco. De repente ella sintió que no quería que se quedara y le pidió que se marchara mirándole a los ojos, como le hubiera gustado hacer en la vida real. Él se fue pero se quedaron sus fotografías, él en una fiesta, él con su familia...es como si ella pudiera apreciar en el sueño lo que seguramente estaría ocurriendo en la vida real, por eso en su subsconciente lo echó sin temores, sin recelos...
Se dió la vuelta en la cama y volvió a relajarse, a seguir soñando...y entonces aparecía él, el importante, estaban metidos en un sueño de realidad y fantasía, donde él era valiente y ella una ganadora, donde eran capaces de compartir lo que no eran capaces de ver en la vida real, donde hay gente, conversaciones y problemas...
Sonó el despertador y quiso seguir durmiendo, cerrando fuertemente los ojos para que él volviera a su sueño pero fue inútil, porque ya se había ido...

A él

Aún recuerdo perfectamente el día que sentí que le quería por primera vez, cómo de repente y sin motivo se me aceleró el corazón y sentí un escalofrío recorriéndome la columna vertebral. Así sin más, aquella tarde empecé a quererle. Él no estaba allí, ni siquiera lo había visto en un tiempo y yo de repente empecé a sentir lo que nunca antes había sentido. Desde aquella tarde de feria no pude dejar de pensar en él, en sus ojos, en su forma de mirar, a veces tan despistada. Vivía para verlo, vivía para que llegara el viernes y lo tuviera cerca, sin que él tuviera ni idea de mis sentimientos. Él simplemente era mi amigo y me hablaba y miraba como si tal cosa, mientras que a mi se me caía el alma a los pies cuando lo veía aparecer.
Hasta el día que se enteró. Yo no podía mirarlo y él a mi me miraba de manera diferente pero jamás me dijo que lo sabía. Pasó el tiempo y mis sentimientos fueron creciendo, él decidió mantenerse al margen, ajeno a lo que todos decían y opinaban. Mientras todos hablaban de nosotros, nosotros nos mirábamos en silencio, tímidos, callando lo que sentíamos.
Un día él vino a buscarme, me llevó a ese lugar, nuestro lugar y simplemente me abrazó. Si cierro los ojos puedo sentir de nuevo ese primer abrazo, el primer beso que me dio, sus ojos tan cerca...recorriéndome. Desde aquella noche vivimos el uno por el otro, unidos en cuerpo y alma. La pareja perfecta. Jamás he abrazado a nadie como lo abrazaba a él, jamás he besado a nadie como lo besaba a él, jamás he necesitado a nadie tanto como a él. Me encantaba ir corriendo hasta él, un viernes cualquiera, y lanzarme a sus brazos. Ese instante, esa sensación junto a él aún recorre mi pensamiento de vez en cuando.
Pero fue pasando el tiempo y nuestro amor, tan puro y profundo fue convirtiéndose en enfermizo hasta que la distancia lo destruyó y lo apartó de nuestro camino, dejándome vacía para el resto de mis días.
Desde entonces como dice nuestra poesía, “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos...” y el tiempo nos ha cambiado, cada uno por su lado, fijándose en otras personas, buscando la felicidad en otros brazos, en otros ojos. No sólo somos diferentes sino que ya no hablamos ni compartimos nada, sólo un saludo con dos rápidos besos en la mejilla...Desde aquella noche en que decidimos abandonar lo que sentíamos en aquella playa nunca he vuelto a mirarlo directamente a los ojos, fijamente...porque aunque él haya cambiado sus ojos siguen siendo los mismos y yo tengo miedo de perderme en su mirada...

Rabia

Hoy me has vuelto a provocar una lágrima silenciosa, ahora que nadie me ve, aquí, en mi rincón particular.
Dios sabe que he intentado olvidarte y que ya apenas pensaba en ti y tu recuerdo no me hacía daño. Bien saben los que me conocen y están a mi alrededor que lo estaba consiguiendo, que ya no sentía dolor por tu actitud.
Que ya me das exactamente igual.

Pero hoy has vuelto a hacerlo, callado, silencioso, como si nada te importara. Y yo sólo siento rabia, rabia porque aunque no quería te he respondido. Muy mal, porque no te lo mereces.

Siento rabia porque yo pensaba que ya te había superado. Y hoy me he dado cuenta de que no, porque al ver tu nombre en la pantalla mi corazón se ha sobresaltado. Me da rabia saber que todavía no lo he conseguido, que no soy tan fuerte como pensaba.

Porque ya estabas fuera de mi vida y hoy me has vuelto a provocar una lágrima.

Intentando...

Intentando... Yo sólo andaba buscando algo en el que imaginar, un lugar donde sentarme y recordarte, un lugar donde pudiera respirar sin ahogarme en tus palabras.
Intentaba buscar un lugar donde no sintiera tu abrazo, donde tus besos no me supieran a nada, tan solo a desprecio. Para así olvidarte más rápido.

Yo sólo buscaba un lugar para olvidarte. Quizás debajo de un árbol, quizás en una habitación vacía, sin fotos, sin recuerdos, quizás en una playa desierta.

He intentado buscar una cama donde al despertar no recordara tu rostro. He intentado buscar un sueño donde tú no aparecieras, haciéndome llorar en sueños.

Yo sólo andaba buscando un bar donde no escuchara tus palabras, tu acento, donde la música que sonara no me recordara a ti.

Yo sólo andaba huyendo de ti, de tu recuerdo, intentando borrar el abrazo que me diste...

Y creo que lo he conseguido.

Y te escapas...

Te escondes,
te alejas y huyes.

Yo intento alcanzarte,
pero cuando te veo,
tú vuelves la mirada.

Te escapas,
como la niebla,
como el aire,
como las olas
que chocan contra las rocas.

Te vas silencioso y apagado,
y mis ojos te buscan,
deseperados...

A veces, vienes, me susurras
levemente, algo al oído.

Me haces ver que existes,
que estás vivo.

Que habitas allí y aquí,
me haces ver
como haces felices a otras personas...

Pero cuando llegas a mi
e intento tocarte,
vuelves a escaparte.

Intento cogerte con mis manos
y siempre, consigues alejarte.

¿Dónde estás últimamente
que no te veo?

Ya no puedo sentirte,
ni mirarte,
ni siquiera, anhelarte.

¿Dónde estás amor,
que no te veo?.

Casi muda...

Casi muda... Esto es lo único que veo últimamente a través de la ventana de mi pequeña guarida en la que escribo día a día.Mi piso. Esta es la última semana, la única que me queda para terminar mi proyecto y vuelvo a estar muerta de miedo. No sé si conseguiré con el lo que pretendo. Supongo que sí, porque siempre, algo que ves como un imposible, al final, acaba ocurriendo y tú ni siquiera sabes como lo has conseguido.
El caso es que intento buscar dentro de mi algo que escribir, conseguir encontarlo y luego exprimirlo hasta convertirlo en algo bueno, pero hoy soy incapaz. Estoy bloqueada. Incapaz ya de escribir algo que tenga sentido. Será de tanto pensar en el maldito proyecto, que va acabar por volverme loca. Ya casi que veo cabezas de toros por ahí por la calle...Ya no sé ni de lo que escribo.
Hoy es lunes y un lunes extraño después de un fin de semana tan ajetreado. Y es que mi piso se convirtió en una casa de ocupas,jeje. Muy divertido la verdad. Pero ha sido igual a: no escribir absolutamente nada.
Así que hoy, he decidido tomar un cafelito rapidito. simplemente para saber si soy capaz de escribir algo diferente pero veo que no. Que hoy no va a poder ser. Porque ni siquiera sé donde tengo la cabeza. Estoy casi muda, de esos días que apenas tienes palabras...en fin, muy extraño.

Besitos y hasta otro cafelito más largo. Quizás después, quizás mañana...

Recuerdos...

Hoy, un amigo me ha recordado lo rápido que pasa el tiempo. Cómo, los momentos pasan por tu vida sin ni siquiera darte cuenta. De repente llega el verano y de pronto...ya es navidad. Todo a nuestro alrededor gira a una velocidad asombrosa.

Este amigo lo conocí hace ya dos años y medio. Él me ha recordado hoy el tiempo que ha transcurrido desde que lo conocí. Aquella noche de verano, una de miles, pero que de repente se convirtió en una noche especial. Y ya no era una más de miles. Fue especial y diferente. No sé por qué, pero fue diferente.

Ayer, también empecé a leer de nuevo a mi gran amigo Raúl. Compañero de risas y de lágrimas en la Universidad. Recordé los momentos de carcajadas, momentos en los que escribíamos cosas aparentemente sin sentido: (pero que para nosotros significaban el mundo...)

“...que tu amor se convirtió en luna,
en la sal del mar,
en el verde de tus ojos,
en la voz de una soleá.
Pero mi amor se quedó atrapado,
en el tiempo,
en la noche,
en mis sueños,
en lo que siento...
Y lo más triste
es que no la puedo buscar.
...Tan lento, tan lento, que cuando te creo cerca, no me doy cuenta, y te pierdo...”(R.M)

Sí Raúl, hoy también yo he abierto mi caja de recuerdos y de repente lo recordé todo con nitidez: una fiesta, un cubata, unas ropas empapadas, todo lleno de espuma, un grupo de amigos revolcándose en ella, un autobús lleno de espuma, una Rut electrocutada, una piscina llena de recuerdos y anhelos, un carrete perdido...y nos vi a nosotros. A los inseparables. Vi una clase, un jueves negro, un trabajo sin entregar a tiempo, un examen, una Itziar loca, una Marvic que se va sin darnos cuenta, una Rut dormida al final de la clase... Un grupo de amigos que hacían Ouija de broma y llamaban a Zebastian, una guitarra y una canción...Y de repente sentí tristeza, pena y añoranza. Tristeza por ese grupo de amigos. Pena porque nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, frase que me recuerda terriblemente a Neruda...
Y sí, os echo de menos.

Aunque todo a nuestro alrededor cambie...Cambiamos nuestro color de pelo, nuestras ropas, nuestras formas de reír y de hablar. Cambiamos la universidad por el trabajo. Nuestras risas por las preocupaciones. Auque todo cambie, vuelve al pasado con sólo abrir una caja de recuerdos: una poesía, un diario, una notita en clase, un cigarrito, la carta de un amigo, un cafelito... Y de repente todo vuelve al pasado con una rapidez que da miedo.

Sí, es cierto que el tiempo pasa muy deprisa y todo cambia a nuestro alrededor, pero los que no cambiaran nunca son nuestros recuerdos. Guardados en un lugar de nuestro cerebro y descansando tranquilamente en algún rincón de nuestro corazón...
Rut

¿ Obstáculos o oportunidades?

Es curioso, ayer iba andando por la calle, a eso de las nueve de la noche, cuando se supone que tiene que correr la brisa y no corre..., bien, a esa hora. Iba andando y veía pasar a la gente, familias enteras, madres solas, abuelos, niños...entonces empecé a pensar en las vidas de cada uno de ellos. Cómo se llamaban, a donde iban, que les preocupa, que les hace felices...
Iba andando por la calle y sí, iba sola pero en realidad no estaba sola. La gente de la cola del super por ejemplo, la niña pequeña que se escondía detrás de las cestas y se reía cuando veía que yo la buscaba y le sacaba la lengua...
Todos con los mismos ojos pero distintas miradas. No sé si os ha pasado alguna vez, el ir por la calle y pensar en quién será aquel o aquella que se cruza contigo ( en fin me rallé un poco. Es lo que tiene estar todo el día en casa sola leyendo!!!).
Y entonces lo supe. Lo feliz que me siento al estar aqui. ayer mi prima Sara me decía: gorda, antes cuando estabas en Madrid podíamos estar dos meses sin vernos y ahora que me he acostumbrado a ti, no puedo estar más de dos días sin verte...Siempre he querido estar aquí, con ellas, cerca de mi familia, de mi gente y por fin, lo he conseguido.
Recuerdo, que cuando era pequeña lloraba cada vez que me iba de Sevilla. Nunca pensé que se haría realidad mi sueño. Vivir aquí.
Hoy, por fin sé, que todo en la vida puede cambiar y aquello que pensabas que nunca conseguirías o ocurriría, de repente sucede. Más tarde o más temprano pero al final acabas consiguiéndolo.
Por eso ahora, cada vez que creo encontrarme con un obstáculo, pienso: ¿qué obstáculo Rut si quizás dentro de nada lo has conseguido?.
Como vivir aquí por ejemplo o acabar mi carrera, o tener mi propio coche...
Como leí el otro día en una botella de lanjarón: "...hay gente que alos obstáculos les llama oportunidades..."

Sólo depende de ti el como afrontar las cosas, solamente de ti.

Indignación

El otro día leí un post en el blog de Galatea oseasé de Marta y mientras lo leí sentía como la rabia se apoderaba de mi. No por el post sino por el trasfondo de la historia. El atentado de Beslán.
Ayer pusieron un video en la televisión de algunos de los momentos del secuestro, cuando todos los secuestrados estaban en el gimnasio de la escuela. Todos esos niños con sus caritas de pánico...sin saber bien lo que ocurría, con un miedo atroz reflejado en sus rostros.
Resulta indignante y repugnante que sucedan cosas así y por desgracia, ocurren todos los días en algún lugar del mundo. En algún recóndito lugar cada minuto una sonrisa puede perder todo su significado y convertirse en el más doloroso de los sinsabores.
Esa gente que no se muy bien como calificar porque son tan...que no se les puede ni buscar un calificativo, tiene al mundo es sus manos, haciendo lo que les apetece con la vida de las personas, sin tener en cuenta las consecuencias o los sinsabores que pueden producir sus actos sangrientos.
Hoy, mi post es para todas esas personas que perdieron la vida en Beslán, a causa de esa gentuza. Mi más profundo y sentido pésame a todas esas familias que todavía hoy, siguen enterrando a sus seres queridos. Es a la vez un grito de dolor, rabia e indignación hacia la vida, que muchas veces se torna injusta y amarga. Ojalá algún día todo este egoísmo de poder desaparezca, porque si no, el futuro de nuestro mundo no es nada bueno.

Besitos a todos

Incertidumbre

Últimamente me cuesta escribir, me cuesta sacar de mi interior mis inquietudes e inspiraciones. No sé por qué será. Será porque hace tiempo que no ocurre nada interesante, nada que me ponga nerviosa y nada que me entristezca.
Hoy es un día de esos que quieres escribir y no sabes cómo. Mi alma está como...atragantada.
Pero no es porque yo me sienta triste, nada de eso. Al contrario, no tengo nada por lo que sentir tal sentimiento.
Simplemente siento un pequeño vacío en mi interior, será porque hace tiempo que una cierta ilusión me abandonó.
Yo necesito más que sonrisas en mi vida, necesito sentir mi alma emocionada y risueña, necesito sentirla y hace tiempo que mi alma no me dirige palabra.
Se ha quedado muda o yo sorda y no quiero oir lo que ella me grita.
Muchas veces cuando mi corazón se dirige a mi, yo me tapo los oídos, no quiero oírlo, no quiero que me corrobore lo que yo, hace tiempo intento arrancar de mi. Es mejor no oirlo. Es mejor no admitirlo. Así no sufriré.
Injusto amor que vuela cada noche para colarse dentro de mi, injustos pensamientos que me absorven y me ciegan cuando lo veo venir.
Ya no sé que hacer para suavizarlo, ya no sé que hacer para calmarlo, pero eso está ahí, machacándome cada vez más, cuando se acercan estas fechas.
Otra vez ese recuerdo maldito, otra vez esa incertidumbre comiéndome por dentro, dejándome seca y sin habla.
No sé que vi o que hizo él para yo sentirme tan mal. Simplemente, no hizo nada.
Ese NADA me está matando porque yo quiero que la palabra nada se convierta en abundancia.
Como dice la canción, lo que yo siento no es amor, es una obsesión.
Una obsesión que no desaparecerá hasta que logre lo que hace tanto tiempo yo intento conseguir aunque creo, que eso que yo quiero conseguir, nunca ocurrirá. Si la esperanza es lo último que se pierde, yo hace tiempo que la dejé marchar.

Ojalá pudiera...

Ojalá pudiera cerrar los ojos y olvidarte,
ojalá pudiera arrancarte del corazón sin que éste sangrese
ojalá pudiera mirarte a los ojos y no sentir nada
Ojalá no me pusiera nerviosa al verte
Ojalá mirarte no me hiciera daño
ojalá que vengas o no, me fuera indiferente
ojalá no sonrieras al verme
ojalá no te quedaras cuando los demás huyen
ojalá tú no fueses tú
ojalá pudiera pasar por tu lado sin verte.

Y así podría seguir y seguir
hasta que por fin abandonaras mi interior.
No entiendo como el amor entra rápido
y sale tan despacio.

No sé por qué aún pienso en ti
si tu solo nombre me hace daño
tu presencia me duele y me alivia
tu mirada me produce odio y a la vez cariño.

Ojalá tú no fueses así y...
ojalá yo, no sintiera lo que siento.

Una vez escribí...

Te intento recordar y tu recuerdo es como borroso y lejano porque te siento tan dentro de mi, que me cuesta trabajo sacarte para recordarte.