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El Cafelito

Los jueves por la tarde

Los jueves por la tarde

Gloria estaba nerviosa ese día porque era jueves y los jueves por la tarde era un día especial. Salió a la terraza con la regadera, para regar una por una todas las macetas que tenía en la pequeña terraza. Le encantaban las flores y el olor que desprendían porque la transportaban a otro lugar; si cerraba los ojos, podía ver la Hortiza, la finca de su pueblo tan querido donde había criado a sus once hijos. Volvió al presente y miró la bulliciosa calle Santa Fe, nada tenía que ver ese paisaje con el de sus pensamientos pero ella era feliz en esa ciudad que tan bien la había acogido y donde vivían desde hace ya muchisimos años.

Terminó de regar y entró al salón, ya era hora de prepararlo todo porque dentro de un rato llegarían todos. Preparó la cafetera y los pasteles y se cercioró de que hubiera guardado bien la bolsa de caramelos; sus nietos adoraban los caramelos de piñones que ella les compraba. Después de preparar la mesa de la merienda, volvió a la cocina y puso encima de la mesa un mantel viejo, dos grandes cuencos con agua y dos paquetes de harina. Al prepararlo sonrió para sus adentros, cuanto disfrutaba al ver como sus nietos se ensuciaban las manos con la harina, con sus ojitos resplandecientes y sus caritas ensuciadas de blanco, había tanta inocencia en ellos...

El timbre la sobresaltó y fue a abrir a la vez que anunciaba a su marido que todos habían llegado. El jueves era día de reunión familiar, sus hijas y nueras iban a su casa con todos sus nietos a merendar y a pasar la tarde junto a ellos. Mª Gloria amaba los jueves. Al abrir la puerta sus nietos entraron gritando, dándoles besos y enseñándoles sus progresos de la semana. En realidad era una locura meter a tanta gente en el pequeño piso donde vivían pero Gloria disfrutaba enormemente con tanto jaleo. Ella siempre había querido tener una gran familia para nunca sentirse sola ya que desde muy pequeña había quedado huérfana de padre y de madre y se había criado con su abuelita.

Se tomó el café rápido con sus hijas, charlando de sus cosas y se levantó para reunir a todos sus nietos en la pequeña cocina. Sacó su bolso y todos sonrieron al saber lo que encontrarían dentro. Cada uno metió su manita para coger dos caramelos. Luego Gloria obligó a sus niños remangarse los jeresys para no ensuciarse y gritó el tradicional manos a la obra. Que sensación la de ese instante, ver en las caras de sus nietos la imagen de la alegría y la travesura, sabiendo que sus madres decían que su abuela estaba loca por permitir algo así, que los malcriaba...¿pero que había de malo en un poco de harina con agua?.

Lo que Gloria no sabía en ese momento es que sus nietos recordarían por siempre esos jueves en casa de sus abuelos, donde su abuela los acogía con gran ternura, con sus suaves manos, su voz ronca y dulce a la vez, con su pelo blanco con sus dos peinetas de carey y su traje gris de flores. Con esos abrazos tan llenos de ternura. Los jueves por la tarde siempre quedarán en la memoria de sus nietos como un día mágico, donde su abuela Gloria les enseñaba a hacer figuritas de harina.

( Este relato inesperado ha sido inspirado por otro relato, el de Marta Galatea y su post titulado "Abuela". Gracias Marta porque al leerlo me hiciste recordar a mi abuela paterna. Hacía mucho tiempo que no escribía nada sobre ella, quizás porque hace mucho tiempo que se fue pero eso no quiere decir que no la recuerde, por eso le dedico a ella, a mi abuela, este pequeño homenaje!)

Lunes de resaca

Anoche a las 12, un mar de fuegos artificiales ponían el broche de oro a la feria de abril 2005. Esta mañana, he cambiado la falda de volantes por los pantalones de pinza, el corpiño de lunares por la camisa y las zapatillas de esparto por los tacones. Y casi por inercia me coloco la flor y la peineta en la cabeza. Pero no, esta mañana era lunes de resaca y lo que tocaba era volver a la normalidad, al trabajo y a la rutina.

Por la calle, la gente tenía cara y cuerpo de eso, de lunes de resaca. Pañuelos en el cuello a causa del dolor de garganta, paso lento y corto y grandes gafas de sol para tapar la ojeras y si están como yo, con una caja de bucometasana en el bolso.

Y es que esta feria ha sido demasiado, demasiado de muchas cosas. Mi casa era un arberdrío de gente. Colchón en el salón con dos personas, todos el mundo en la cama de todo el mundo, el baño era turnos continuos, en fin, es lo que tiene vivir a 5 minutos andando de la feria, que mi casa es la más cercana y claro, la más cómoda para ir y venir.

El viernes me despedí no solo de la feria y del rebujito hasta el año que viene, me despedí también de otras cosas. Y me costó decir adiós eh? la verdad es que me costó, pero es lo que queda, después de una semana de fiesta, de palmas, de montar en coche de caballos, de cantar a voz en grito y de bailar las cuatro sevillanas cinco veces seguidas, no me quedó más remedio de decir adiós a algo que no había dicho ni hola. En fin, esa es otra historia que ya os contaré.

Hoy sólo puedo hacer balance de lo bien que me lo he pasado esta feria, de lo que he disfrutado junto a mis primas y amigas; de lo bien que he comido, gracias a mi tía Pastora; de lo que me he reído bailando Paquito chocolatero en la caseta de Isa; de como guardo como oro en paño el tenedor que nos pusimos de pulsera, con eso de que eramos la peña del tenedor; de lo que me reí con Fran y su chiste del ramo de flores y con Maria Angeles y el chiste del foskito; del frio que pasé con Maca camino del Prado, por la cosa de no volver a casa sola; de lo que nos reímos en la caseta de Javi con el hombre que en vez de bailar parecía que le cantaba a su acompañante, lo que nos reímos en la calle del Infierno montadas en el Canguro...en fin, de una infinidad de anécdotas que han hecho de esta feria una feria más inolvidable.

La feria en mi cuerpo

La feria en mi cuerpo

Son las nueve de la mañana y estoy sentada en mi mesa de trabajo, hoy, la feria la llevo en el cuerpo. Aún retumban en mi cabeza las sevillanas y las palmas de la jornada feriante de ayer que fue sin duda, increíble. Pero el martes de feria es ya un mito. Había gente, muchísima gente y avanzar por el Real era una quimera. La foto lo demuestra, la primera jornada de feria estaba abarrotada de gente.
Y ahora aquí estoy, no hay derecho a trabajar un miércoles de feria pero bueno, así es la vida del currante.
El lunes a las doce fue "el Alumbrao", nosotras llegamos de chiripa y vimos encenderse las bombillas del Real poco a poco y para el sevillano es una sensación increíble ver como la feria se enciende. Algunos sevillistas futboleros lloraron porque este año, la portada es suya. Esa noche estuvimos hasta que las casetas se apagaron. Ayer martes, todas nos pusimos nuestros trajes de gitana, grandes adornos y la flor en la cabeza, al estilo de Sevilla. Bailamos, comimos y bebimos hasta que el cuerpo aguantó, bueno, en realidad hasta menos porque yo me tuve que ir temprano a mi pesar...

Pero hoy a las 2 vuelta a empezar. He dejado el traje preparado, la flor, pulseras y peinetas encima de la cama, para llegar, vestirme y otra vez para la feria.
Cierto es que dicen que la feria de Sevilla es muy elitista y es sólo y exclusivamente para los sevillanos, yo aunque soy sevillana no dispongo de caseta propia y aún así me lo paso genial. Bueno es cierto que tengo amigos y familia que si tienen caseta, entonces la cosa cambia. De todas formas yo animo a todo el mundo a que venga a conocer la feria de abril porque es algo que hay que ver en esta vida.

Ya os contaré a la vuelta porque ahora si que es verdad que me voy de feria y hasta el próximo lunes no vuelvo y seguramente llegaré sin voz, sin fuerza y sin ganas de trabajar, más o menos como hoy pero peor, porque si hoy estoy mal y solo he estado un día y una noche en la feria, cuando pasen cinco días...vamos, que no lo quiero ni pensar. Que conste que no quiero dar envidia eh? sólo comparto con ustedes mi emoción por mi feria.

Ahora sí, un besito y hasta el lunes de resaca, como le llaman aquí.

El Cafelito se va de feria...

El Cafelito se va de feria...

Hoy empieza la semana grande! Esta noche a las 12 en punto 372.000 bombillas iluminarán el Real de la feria, y empieza la semana apoteósica porque se hace de todo menos dormir. Por suerte para mi, no tengo que venir a trabajar jueves y viernes así que parece que esta feria promete. Esta noche y mañana reunión de "las Domínguez" al completo, Dios mio que peligro...
El Cafelito pues, se va de fiesta, se va a vestir de gitana y se va a quedar ronca de cantar, beber rebujito y gritar...así que va estar ausente unos cuantos días. Bueno, el miércoles que es el único día que tengo que venir a trabajar, quizás explique un poco como va la semana, alguna anécdota que seguro que habrá millones.

Un beso para todos y brindaré con manzanilla por vosotros!!!

Papá...

Papá...

Últimamente te noto cansado, te noto más arrugas en tu piel y más sabiduría en tus ojos, más de la que siempre han transmitido, con su color verde y a veces azulado.
Tu cara posee ahora más arrugas, cada una de ellas una preocupación o una alegría.

Pero sigues estando aqui, con brazos fuertes para seguir abrazándonos, con tu voz paciente y tus sabios consejos. Veo tu mano guiándome cada día y me sigue pareciendo la mano más segura a la que agarrarme, y aunque mi mano ya no es tan pequeña sigue necesitando la tuya desesperadamente.

Siempre estás ahí, y da igual lo cansado que estés o lo bien que te encuentres sentado en el sofa a la vuelta del trabajo porque tú te levantas y arropas a tus dos hijos pequeños cada noche y les sigues contando los cuentos de siempre, y esperas pacientemente a que se duerman, como has hecho durante toda tu vida, igual que hacías cada noche con tus otros seis hijos, ahora ya mayores, pero que no olvidan los cuentos de su padre.

Recuerdo esas escenas como las mas tiernas de mi infancia. El momento en que yo me acostaba y tú venías a taparme bien y me contabas una de tus historias fascinantes, que aún recuerdo con absoluta claridad. Ese era mi momento del día, mi gran momento junto a ti.

Siempre has sido el padre divertido, el que montaba en su coche a todos los niños cuando íbamos de excursión al campo. Todos querían ir contigo y tu siempre mandabas a mamá a otro coche. Hacías la cunita por la carretera, moviendo el volante de un lado a otro mientras todos reíamos a carcajadas. Cantabas la canción de Dominé. Nos comprabas naranjas y limones helados y organizabas aventuras mientras andabamos por el campo. Hacías juegos, nos mandabas a buscar escarabajos e insectos complicados de encontrar y todos corríamos para encontralo porque tu nos recompensabas con caramelos de nata.

Recuerdo que tú y yo hacíamos trampa, y me dabas todo lo que pedías a escondidas, para que yo ganara. Yo te sonreía con complicidad.

Todo lo que sé lo he aprendido de ti, todo lo que soy es gracias a ti, porque hace ya nueve años que tienes doble trabajo y eres madre y padre a la vez y nunca has fallado.

Siempre estás aquí y yo me sigo agarrando a tu mano, a cada paso...

De un soplo...

De un soplo...

Hoy he intentado borrarte, así, de un soplo. Pero ha sido imposible, porque últimamente estoy prisionera, prisionera de mis propios sentimientos. Atadas tengo las manos y los pies, los ojos tapados y cerrada la boca. Casi no puedo gritar ni respirar, ni moverme de donde estoy.

Ellos mandan sobre mi, sobre mis pensamientos, sobre mi estado de ánimo y quizás ya estoy un poco cansada, verdaderamente cansada. La palabra es decepción pero no es tristeza porque tristeza no siento.

Sólo tengo ilusiones estancadas, que se han quedado dormidas, y esperan ansiosas ser despertadas algún día, pero ese día no llega...

Ojalá de un soplo todo fuera como antes, como cuando yo imaginaba y soñaba, cuando tu imagen no era real, cuando tú solo existías en mis pensamientos, como un amor platónico. Decepción.

Porque ese amor, ilusión, sentimiento...ese algo, ahora me tiene retenida, absorta, conmovida y a veces, perdida...

Ando buscando algo de ti que no encuentro, diciéndome a mi misma que ese espejismo es sólo eso, un espejismo, que ya no existe. Quizás pudo haber existido, pero ya no.

Mientras tanto sigo prisionera, intentando gritarte que me sueltes, que me desates las manos y los pies y me dejes correr libre. Intentando que me destapes la boca para poder gritarte que te marches, para volver a respirar con normalidad, para poder escapar de ti, de este sueño...
Pero tú no lo haces, me tienes retenida, y no me sueltas...

Querido Patricio:

Mi niño, hace como dos semanas se te cáyó una paleta. Ahora estás super raro, pareces más mayor, tienes un gesto diferente en la cara y siento que el niño pequeño que no paraba de llorar cuando era bebé se está haciendo grande.
Tú estás muy ilusionado con la pérdida de tus dientes, te encanta venir corriendo a mi y decirme emocionado: "mira Rut!!! se me mueve un diente..." y con tu dedito te lo mueves hacia adelante y hacia atrás, para que yo vea que efectivamente se te mueve. Supongo que así te sientes más mayor y a ti te encanta decir que eres mayor.

Todavía recuerdo con claridad aquel 18 de agosto, día en que llegaste a casa. Llegaste cinco días después de nacer porque naciste con un pequeño soplo en tu corazoncito, pero gracias a dios, se te quitó.
Llegaste a casa con un largo batón blanco y celeste, tenías el pelo muy moreno y estabas un poco amarillo a causa de la bilirrubina alta, por eso de recién nacido pasabas mucho tiempo al sol a través del cristal tan solo con el pañal, para que te diera el sol. Eras tan pequeñito...Camila, que apenas tenía un año te miraba ensimismada, con sus grandes ojos celestes tan distintos a los tuyos, que son de color verde avellana como yo te suelo decir.

En casa a veces nos reímos de todas las cosas que has tenido desde chikitito, y es que gordo, has tenido de todo...un soplo, bilirrubina alta, el cólico del laxante, las piernas arquedas, pies planos...hasta llegar ahora, a tus emocionados cinco años que tu llevas con orgullo. Cinco años que no parabas de repetir que ibas a cumplir, y por fin el dia que dijiste gritando por la casa "hoy cumplo cinco años!!!!" Cinco años y ya no tienes nada de lo que tuviste de bebé, lo has superado todo, como seguro que harás durante toda tu vida. Superarlo todo. Ahora tienes cinco años maravillosos y eres el niño más guapo que existe como yo te digo siempre y tú te ríes diciendome que si...Te encanta ver la televisión con el pijama, apoyado en mi para que te haga cosquillas en la espalda, el chocolate te vuelve loco, eres capaz de comerte diez bombones de golpe, como hiciste aquel día que te dio el cólico. Te encanta estar con Papá e irte con él a comprar el periódico, se nota que sois igualitos. Adoras a Elisabeth, la chica que te cuida y Gloria y yo nos ponemos celosillas...
Recuerdo que de pequeñito decías que querías ser torero y yo te compré un traje de luces con todos los utensilios,era tu disfraz favorito. Ahora no podrías serlo ya que eres un poco miedica con los animales. Te encantan los cuentos, sobre todo si haces ruidos y voces y no te gusta para nada la oscuridad. Te encanta bañarte en la piscina, no en la playa, otra cosa en la que te pareces a papá.
Y como sé que te hace ilusión que te escriba algo y decirle a todo el mundo que ya se te han caído tres dientes y que ya eres mayor, te dedico mi cafelito de hoy. Por ser mi niño grande y mi niño preferido.

Te quiero gordito! Tu hermana.

Unos segundos...para Desaparecer

"Ojalá pudiera tener aunque solo fuera unos segundos para desparecer..." así empieza una canción de La Quinta Estación y esa frase me gusta. No es que me la quiera aplicar a mi misma pero sí a algunas de las cosas que pasan por mi cabeza, ojalá pudiera hacerlas desaparecer aunque sólo fuera unos segundos...

Haría desaparecer los pensamientos malos de mi cabeza, aquellos que a veces me aturden y me hacen pensar mal...
Haría desaparecer la desconfianza sobre mí misma y todo aquello que me hace actuar de manera inconsciente...

Haría desparecer de mis recuerdos los malos momentos, las malas situaciones. Haría desaparecer los sinsabores de mi vida...

Si pudiera hacer desaparecer por unos segundos algún sentimiento, haría que no existiera la incertidumbre, ese sentimiento que te quema y te arroya, ese sentimiento de locura, mezcla de alegría y tristeza continuas.

Haría desaperecer de mi memoria todas aquellas llamadas que nunca llegaron, todo lo malo de ti, lo haría desaparecer, para que sólo me quedaran los buenos momentos.

Haría desaparecer todos los momentos en que soñé contigo y los sueños no se cumplieron, también podrían desaparecer todas las ilusiones que yo misma forjé y que nunca llegaron a ser reales...

Pero todo esto, lo haría desaparecer sólo por unos segundos, porque luego querría que volvieran a mi, porque aunque malos, aunque inciertos, son míos, y sin ellos, yo no sería yo y esto que siento no podría existir...

Mi clase imaginada

Mi tía dice que cuando llegó aquella mañana a mi casa, mi madre le abrió la puerta con el dedo posado sobre sus labios:

- Shhhh, no hagas ruido, ven, que te quiero enseñar una cosa.

Mi madre parecía una niña pequeña y mi tía se sentía verdaderamente intrigada cuando mi madre la llevaba por todo el pasillo de la mano, entre risas calladas.

Mi tía me cuenta que a medida que se acercaban a mi habitación, iban escuchando voces, de todo tipo, más graves, más gritonas, más aniñada...Mi tía le preguntó a mi madre:

-Pilar, ¿con quién esta la niña tan temprano?, cuanta gente!!!.

Mi madre comenzó a reirse, emocionada. Al llegar a mi habitación mi madre abrió la puerta muy despacito, para que yo no me diera cuenta y con la puerta entreabierta, las dos empezaron a mirar al interior, riéndose por lo bajo, espiando a una niña de cuatro años...
Mi tía ahogó un gritito de asombro cuando se percató de que en la habitación estaba yo sola. No había absolutamente nadie conmigo, a pesar de que ella había escuchado muchas voces a medida que se acercaban a mi cuarto.

Mi madre la miró y le dijo: "verás, obsérvala..."

Allí estaba yo, con mi pijama rosa desaliñado, mi pelo largo y rizado, ya enredado por el juego, sentada en medio de la habitación, eso sí, rodeada de toda clase de muñecos.
Según mi tía, los tenía perfectamente ordenados en círculo. Había bebés, algún que otro oso, un perro grande, muñecos de plástico, alguno de ellos sin un brazo o sin una pierna, había una barbie e incluso un pequeño pony. Yo tenía una libreta en la mano y un boli y era la profesora más exigente que había. Yo regañaba a mis alumnos y ellos me hablaban a mi. Mi tía y mi madre estaban embobadas mirándome, no entendían como una niña tan pequeña podía hacer tantísimas voces distintas.

De repente yo me volví y las miré asombrada mientras ellas me espiaban emocionadas, y como dos niñas pequeñas que han hecho algo malo, cerraron la puerta entre risas. Esperaron unos segundos y yo volví al ataque, regañando a Pepito porque no había hecho un ejercicio de matemáticas...

Zhuko

Zhuko jugaba con la caja de madera que transmitía música y voces lejanas, hacía poco que había amanecido y hacía bastante calor. Mientras él daba golpecitos a la radio empezó a pensar en el día en que su abuelo la trajo por primera vez. Él tendría unos cinco años y se acordaba perfectamente del día que su abuelo llegó de su viaje por Europa. Su abuelo siempre estaba viajando en un gran barco. Era marino mercante y cuando llegaba de sus viajes, cogía a Zhuko y le contaba historias sobre el mar, solía decirle que cada pelo de su larga barba era un viaje y una aventura. Zhuko lo creía a pies juntillas.

Esa mañana Zhuko jugaba con ese aparato al que su abuelo llamaba radio. Su madre lavaba la ropa y su hermano jugaba con la pelota en el jardín. No paraba de dar golpes y empezaba a poner nervioso a Zhuko.

Aquel día hizo bastante calor, él y su hermano fueron por la tarde al otro lado de la isla, les encantaba simular que hacían viajes igual que su abuelo y simulaban que estaban en algún lugar de América, ese país tan lejano y desconocido para ellos, del que su abuelo solía contarles grandes aventuras. Jugaron toda la tarde y llegaron a casa con grandes sonrisas en el rostro, y manchados de arena y sal...

Cuando llegaron a casa, su madre estaba nerviosa, hablaba rápidamente con las vecinas, algunas personas gritaban. Zhuko escuchó voces muy fuertes por el aparato de madera, parece que la persona que hablaba estaba nerviosa. De repente una sacudida, el suelo tembló bajo sus pies con tanta intensidad que su hermano pequeño cayó al suelo y empezó a llorar.

Otra vez no!- pensó Zhuko. Aún tenía pesadillas con esa ola gigante que arrasó a gran parte de su país. A ellos no les tocó porque no estaban en casa aquel día, estaban en el huerto del señor jefe, como solía llamarlo mamá, en las montañas. Pero aún podía ver los destrozos de aquella pesadilla.

Su madre gritó su nombre desesperada, "¡Zhuko!- ven aquí, corriendo, pon en marcha la moto de papá, nos vamos!!!". Zhuko hizo lo que su madre le pedía, su cara era el gran rostro del miedo, su hermano temblaba y él sintió ganas de ponerse a llorar, a pesar de que tenía diez años y ya era un niño mayor.

Se ausentó por un momento y se montó en la moto rápidamente. Su madre empezó a conducir desesperada, nerviosa. Algunas personas les tiraban de la ropa y estuvieron a punto de caer de la moto en muchas ocasiones. Todo el mundo corría de un lado para otro, gritando desesperados, el suelo volvió a dar una sacudida y él ya no pudo aguantar más y empezó a llorar.

Entonces divisó las montañas, casi borrosas a causa de la oscuridad, todo el mundo corría hacia alli: abuelos, madres con bebés en brazos, niños, todos huían del miedo, del pánico. Todos huían de la ola y Zhuko pensó que nunca hubiera imaginado que algún día el mar le provocaría miedo. Zhuko lo miraba todo desde la moto. Habían tenido que huir y Zhuko no sabía ni siquiera a donde iban. Ni en sus aventuras había imaginado algo así.

Cuando llegaron al refugio había mucha gente, casi que dormían unos encima de otros, algunos niños lloraban. Su madre los acurrucó a los dos entre sus brazos fuertemente, hasta que sus hijos se durmieron, víctimas del cansancio y el miedo.

Entonces vio que Zhuko tenía algo entre los brazos, aprentándolo con fuerza, su madre le separó los brazos y se quedó asombrada. Zhuko había cogido la radio, y la apretaba fuertemente contra su pecho...

Una alegría

"Muy Sra. Nuestra:

El Instituto nacional de empleo se pone en contacto con usted para comunicarle que ha sido preseleccionada por su perfil profesional para el Programa Jóvenes Cooperantes, en el cual usted podría estar interesada.

Su contrato sería por seis meses, de junio 2005 a diciembre 2005 en un país en vías de desarrollo de sudamérica, África, Iberoamérica y Centroamérica, según el proyecto que le encomienden..."

La carta que me llegó ayer decía más o menos algo así. Por fin han tenido en cuenta mi insistencia, mis continuas idas y venidas a la oficina del Inem, las largas colas de espera y la pelota tan grande que le he hecho a la mujer que me atendía.
La verdad es que ayer me dieron una gran alegría porque si me seleccionaran y me mandaran a alguna aldea perdida por sudamérica a trabajar como periodista, yo sería más feliz que una perdiz.

Vamos, que como mi imaginación vuela, esta mañana cuando venía andando hasta el trabajo he empezado a imaginarme a mi misma en algún pueblecito precioso, rodeada de niños y escribiendo por fin, sobre cosas interesantes. Mañana tengo que llevar mi Curriculum documentado y estar dispuesta a pasar todas las pruebas, entrevistas, etc, que me hagan.

Ayer había quién me decía que qué iba a hacer yo, conociéndome, seis meses sin ver a mi familia??? en realidad...es cierto pero oye! como me dice mi padre a veces, que yo me enfado cuando lo dice pero tiene razón, ya es hora de que "me quite el cascarón que tengo pegado en el culo...", jejeje. Es que mi padre a veces tiene guasa.

Así que con un poco de suerte, ojalá que lo logre, el cafelito pronto va a tener otras historias que contar y otra visión de la vida, que es lo que a mi me hace falta.

Últimamente parece que soy afortunada y que la ruleta de mi destino está jugando a mi favor y como yo siempre he querido!
Un vez más esa frasesita que lleva ya tiempo haciendo eco en mi cabeza: ten cuidado con lo que deseas, porque algún día puede cumplirse...

Operación retorno

La operación retorno no está sólo en las carreteras, también lo está en mi cuerpo, en mi cabeza, en mi voz y en mi concentración. El cambio de hora ha sido la responsable de que esta mañana cuando me he levantado aún fuera de noche. Y cuesta eh?, cuesta. Después del esfuerzo he salido a la calle camino del trabajo, un día más y con la mirada al frente e intentando empezar una buena semana después de la Semana Santa. Me preguntan si estos días en Marbella he descansado y bueno, creo que he vuelto peor de como me fui porque la verdad es que en Marbella he hecho de todo menos dormir. Las salidas nocturnas hasta las siete de la mañana todos los días seguidos han acabado conmigo, será que me estoy haciendo mayor.

Ha sido una Semana Santa llena de muchas cosas, de incertidumbres, de alegrías, de nerviosismo, de paz...un poco de todo. También ha habido playa, baños en el agua helada, botellones en Benabola, peleas con guardias de seguridad..jeje. En fin, que el que hoy yo esté ronca tiene una justificación.

Como balance diría que todo no ha sido como me esperaba, es curioso como la imaginación te juega a veces malas pasadas. Aunque en general ha estado bien. Nunca se puede esperar más de lo que se tiene. Hoy me quedo con una frase de Cristina "vive el presente intensamente, sin pensar en el ayer o en el mañana...".
Ahora me tomaré estas dos próximas semanas, intentando descansar por dentro y por fuera antes de que llegue otra semana grande: la semana de feria. Y eso sí que va a ser apoteósico, más que nada porque tendré que venir a trabajar por las mañanas y feria de noche y trabajo va a ser demasiado para mi.

A todos los que habeis vuelto a vuestra rutina, bienvenidos.

Semana Santa

Semana Santa

Ya tengo la maleta en la puerta, la sonrisa a punto, el cuerpo a punto y todo a punto. Espero no tener que tener el paraguas a punto, aunque esta mañana sí he tenido que cogerlo, y un poquito más y salgo volando por el puente de San Telmo y me caigo al río Guadalquivir. Y todo porque la gente se cree que el puente es suyo. A ver, si hay un espacio para peatones limitado, señores y señoras, colaboremos todos y seamos buenos ciudadanos. Pero no. Tú tienes que ir como la que está en un videojuego, esquivando obstáculos.
Ayer también esquivé obstáculos, pero eso sí con un calor y un sol a veces soportable y otras insoportable, sobre todo si estabas en un buya típica de Semana Santa. Y es que los sevillanos sospechaban que hoy iba a llover y todos decidieron salir a la calle en masa, para vivir un Martes Santo cofrade al máximo.

Resulta que mi prima Esperanza salió ayer de nazarena en la Hermandad de San Esteban (un consejo, si tenéis hijos o los tenéis algún día, no los dejéis salir de nazarenos). Después de mirar a los ojos de quinientos nazarenos, intentaba ver los ojos de mi prima detrás del capirote color azulón, contaba los tramos y decidimos ir directamente al suyo (el Séptimo tramo del Cristo de la Buena Salud y el Buen Viaje), buen viaje no tuve yo precisamente cuando empecé a andar entre la multitud en busca de mi prima. Simplemente para darle un poco de agua a la pobre, que no sé como podía soportar el calor debajo de esa túnica ni cómo podía llevar tan feliz ese cirio que pesaba un quintal. Por fin, un brazo que me sujeta y unos ojos que sonreían a pesar del calor, eso sí que es sentimiento cofrade, pensé yo.

Esa fue la primera batalla ganada. Después tocó buscarla de nuevo, en otra calle donde yo iba a ponerme a gritar porque allí nada más que había niños. Esa calle estrecha, llena de sillas, con niños agobiando a los pobres nazarenos, con eso de : me das cera?...tienes caramelos?...me das una estampita?...Y yo en busca de nuevo de los ojos de mi prima para darle un bocadillo de tortilla y más agua...

En fin, que les dejo a ellos la Semana Santa, que yo ya me voy, y eso que de pequeña yo era la más cofrade, todo el día con mis primas buscando los pasos por la esquinas, y yo, feliz.
Los tiempos cambian, así que hoy, a las dos de la tarde pondré rumbo a Marbella, dejando atrás este bullicio de fe y eso sí que tengo que reconocerlo, de muy buen ambiente, porque si no estás al lado del paso, da gusto estar en la calle.

Os deseo a todos a los que como yo, empezáis hoy a disfrutar, unas felices vacaciones!

Un beso y hasta la vuelta!

Mi yo

01. ¿qué hora es? 12:48

02. Nombre: >Ruti, Ruli, Ruta, Ruki, Rutenia, Rus maira, Chama, Rusilla, ruquilli, y vaaale Ruca. Pero mi nombre Rut. A secas.

03. Tu cumpleaños: 12 de diciembre, aunque hay quien dice que debria ser en abril.

04. Signo Zodiacal: sagitario

05. Años: 24

06. Tatuajes: noo, Y es que..me pinchan!

07. Estación favorita del año: se me llena la booca VERANO

08. Una película: Love Actually, me encaaaanta

10. Cancion q escuchas en este momento: las teclas del ordenador al escribir, estoy en el trabajo!

11. Estuviste en un accidente de coche: si, una vez hace mucho tiempo, Cristi seguro q se acuerda. Y uno hace poco con mi Curro, un inepto se saltó un ceda.

12. Playa o Montaña: la playa, a poder ser Benabola, jejejeje.

13. Ciudad que hayas visitado recientemente: Jerez con mi Jelenlín, por cierto,preciosa.

15. Cerveza o vino: ambas, pero depende de la ocasion...

16. El vaso mitad lleno o mitad vacío: mitad vacio, asi bebo más jejeje

17. Color de ropa interior favorita: de colorines!

18. Número de calzado: 36 y a veces 35. No hay zapato para mi, es lo q tiene tener un mini pie.

19. Número favorito: el 3

20. Tipo música: el flamenco y la salsitaaa

21. Una canción: Hasta cuaaando la vas a hacer sufrirrrrr??????????

22. Flor: a q no lo adivináis? GIRASOL

24. Tema de conversación más detestado: ese q dice...tenemos que
hablar...

25. Disney o Warner Bros: Disney, con mis pekes!

26. Restaurante de comida rápida: mmm...ese Mcdonals despues del ingles!!! anda que no!!!!

27. Comida favorita: Las berengenas de mi hermana Pilu

28. Color favorito: el rosita y el verde

29. ¿Cómo te ves en el futuro: siendo una gran periodista

30. De quien recibiste este email: de mi cristi!!!

31. Que harías si te tocase la lotería: dar la vuelta al mundo con mis primas, eso sí, en más de 80 dias!!!

32. Quien piensas que responderá a este mail más rápido: ni idea.

33. Quien piensas que tardará más en responder: Mi Amy, q nunca se conecta a internete

34. Cuando sales que bebes: Ron con Brugal!!!jejeje

35. Estilo de vestir: mmm...pastelito diria yo

36. Amigos/as más especiales: algunas muy especiales

37. Que cambiarías de tu vida: haria volver a algunas personas

38. Tienes ordenador: si un portatil al que le encantan los virus

39. CD preferido: Umpplaged de Maná

40. Un animal: mi perro Kamut

41. Lo primero que piensas cuando te levantas: otra vez me hago pis???

42: Las tormentas te gustan o te asustan: depende de donde esté, si
estoy en calle, dejate eh???!!!

43. Si pudieras ser otra persona quien serias? Yo misma

45. Que hay en las paredes de tu habitación: muuuchas fotos, demasiadas creo, dibujos de mis niños, postales de Anne Gedes y dos poster de ikea.

46. Que hay debajo de tu cama: dos macro maletas, una caja con ropa, un neceser, una parte del cajon que me cargué..es lo q tiene tener un mini cuarto!

47. Escribe algo a la persona que te envió este mail: Cristiii q nos vamos pa marbella

48. Nombra a la persona que tal vez no te conteste:no teng ni idea

49. El que seguro lo responde: yo q se

50. Quien te gustaría que lo respondiera : todo el mundo

51. Deporte favorito: andar, soy un poco vaguilla pa los deportes

54. Hablas algún idioma: inglis pitinglis ahi ahi

55. Una palabra que te encante decir: Y es que! es lo q tiene!!! y fataaaaaaaaaaallllllllll

56. Alguna despedida especial: el dia que me fui de madrid

57. Libro favorito: cualquiera de Marian Keyes, porque me rio

58. Te gustaría que te regalaran un ramo de flores para tu cumpleaños? si, girasoles por favor

59. Evax o Ausonia: tampax

60. Opel o Seat? mi Currito!!! wolkswagen

61. Lugar preferido: mi casa de marbella

62. Conformista o inconformista: ambas a la vez

63. Dulce o salado? saladito

64.Te gusta conducir: si, me encanta ir con las ventanas bajadas y la musica alta! una cani vamos!

65. Algun comentario: que me voy

66. Hora: 12:57

Un nuevo amanecer

La arena estaba aún caliente
y todo el cielo estaba cubierto de estrellas,
María sólo quería enredarse en el cuerpo de él,
para abrazarlo fuerte y pensar que él nunca se iría.

Lo besaba como si no fuera a hacerlo jamás,
lo miraba para retenerlo por siempre en su memoria,
sabiendo que aquel desconocido había pasado directamente a su corazón,
sin necesidad de la etapa de conocimiento.

Aquella noche ella empezó a creer en el amor a primera vista,
porque nada más verlo en aquel bar, sintió como si ya nada ni nadie
podría borrar aquellos ojos de su cabeza.

Hechizada, voló con él en su imaginación y recreó aquella noche en su cabeza
millones de veces, cerrando los ojos e imaginándolo,
intentando construir una imagen de él.

Pasaron casi tres años desde aquel amanecer,
desde aquella locura junto a él,
desde aquel sueño hecho realidad.

Y de repente...él volvió. María no podía creerlo pero alli estaba,
el niño que ella conoció se había convertido en un hombre maravilloso.

María lo miraba y lo miraba, incapaz de creer que fuera él
y que el reencuentro que ella tantas veces había imaginado se estuviera produciendo.

Volvieron a la arena, esta vez fría,
había nubes en el cielo y no se veían estrellas,
María volvió a abrazar a aquel hombre,
no sólo con el cuerpo, también con el alma.

Lo besó como jamás había besado a nadie,
lo abrazó con tanta fuerza que hasta le dolió y no podía dejar de mirarlo,
para cerciorarse de que no estaba imaginando, que él ya no era un sueño...

Otro amanecer juntos, el destino había vuelto a unirlos ´
pero esta vez de una manera más fuerte.

Si la verdadera felicidad existe,
ella ya la había sentido,
esa nueva noche, en ese nuevo amanecer,
otra vez y por fin,
de nuevo entre sus brazos.

Margarita

Margarita andaba deprisa esta mañana, llevaba un pantalón morado y una sudadera naranja con cremallera. El pelo ya lo tenía muy largo, casi por la cintura y es color azabache. Andaba esquivando a los peatones que circulaban deprisa camino de sus trabajos a aquella hora de la mañana. Eran las 8:50 a.m y esperaba llegar a tiempo a su nuevo trabajo. Al pasar por la puerta principal de la Catedral, la miró de frente y se santiguó. Costumbre que le había enseñado su abuela Nana, ella siempre le decía:
"Margarita mi niña, siempre que pases por la puerta de una iglesia, debes saludar al señor...".
La iglesia era distinta, el país y la ciudad donde se encontraba también, pero ella siempre lo hacía en honor a su Nana.

Esta mañana su mirada era diferente, sólo llevaba dos meses en España y aún no se acostumbraba. Estaba cansada, porque dormía en una pequeña habitación con tres chicas más y sólo había dos colchones por lo que tenían que turnarse para ocuparlo. La pasada noche a ella le había tocado el suelo.

Llevaba una bolsa con el uniforme dentro. Menos mal que su amiga Lena, una ucraniana de pelo rubio y grandes ojos de color avellana se lo había regalado junto con ese trabajo antes de regresar a su país natal. Llevaba sólo una semana en la agencia de azafatas pero se defendía muy bien, servir canapés y copas y sonreir constantemente, era algo que había aprendido desde muy pequeña.

Esta mañana, Margarita pensaba en su Nana, que a esa hora debía de estar acostando a su hermano pequeño, Rafael, en la cama que daba a la ventana. Después iría a la pila y con agua helada se refrescaría la cara, seguro que había hecho mucho calor ese día. Se lavará las manos, agrietadas a causa del trabajo y de la lucha diaria. Ahora tenía más trabajo porque con dos niños y sin Margarita, no paraba en todo el día.
Nana, desde algún pueblecito recóndito de la montañosa Chile también pensaba en su niña, su Margarita, que se había embarcado en un viaje a ninguna parte, en busca de dinero para sacar a su familia adelante, Nana sonrió ligeramente y pensando en su niña se quedó dormida.

Al otro lado del mundo, Margarita dejó de pensar en su Nana y se limpió una lágrima, debía ser fuerte. Miró el reloj de la calle y se dio cuenta que llegaba tarde y se apresuró, no quería que su jefe volviera a regañarla, necesitaba mucho ese trabajo.

Agradecimientos: Quizás no se llama Margarita y quizás no es chilena, pero ayer iba caminando delante mía por la calle y me llamó la atención como se santiguó mirando a la catedral. Hoy esto es para esa chica de pantalón morado y sudadera naranja que ayer caminaba delante mia por la calle. Para ella y para todas las posibles Margaritas.

Diferente

Diferente

Últimamente Sevilla está guapa. Será por sus 23 grados en el ambiente, será por los días claros, de sol penetrante y el ligero olor a azahar de sus calles, que ya anuncian que la primavera está aquí.

Ya da gusto dar paseos por la ciudad y a pesar de que mi despertador suena a las 7.15 de la mañana, me levanto entusiasmada. Sólo llevo dos días en mi nuevo trabajo y cuando salgo a las 8.30 de casa para ir andando hasta él, no me da pereza ni desgana, pues parece que ando por una ciudad distinta a la de hace algunas semanas.

Llego andando hasta el centro, en pleno corazón de Sevilla y empiezo a entender en qué consiste lo que tengo que hacer.

Ahora, toda la ciudad está levantada, las obras del metro, la preparación de la Semana Santa, los Palcos, las sillas, la catedral, todo está preparado para vivir una de las semanas más grandes de la ciudad, ya hay ambiente cofrade en las calles, ya huele a incienso y la gente ya está nerviosa.

Cuando a las dos en punto salgo de la Caja San Fernando, situada en la antigua Audiencia Provincial, gran edificio de la capital, todo es diferente. Hace calor, Sevilla está últimamente abarrotada de gente. Turistas, coches de caballos por todos lados, y aunque a esa hora hora el hambre hace estragos en mi estómago, intento disfrutar del paseo hasta mi casa. Una caminata sí, pero un paseo al fin y al cabo.

Ahora empieza una buena época, no hace mucho calor y puedes tomarte tranquila una cervecita en alguna terraza, el cafelito al lado del Río, las cafetería flotante...todo luce de una manera muy especial. Con más luz.

No es que yo esté haciendo simplemente un alarde de mi ciudad, es que de verdad merece la pena venir a visitarla por estas fechas. Porque son cosas esenciales en nuestra vida, en nuestras costumbres.
Ahora llega la Semana Santa, y desde el domingo de ramos, toda Sevilla se llena de Cofradías, nazarenos, cirios, y gente corriendo de un sitio a otro.

Luego, los sevillanos cuelgan sus trajes y se ponen otros, y ya no huele a incienso sino a manzanilla. Huele a feria, a albero, a buen ambiente, a risas, a sevillanas, a paseos a caballo por el Real, y como no, una tarde en los toros, disfrutando de ese ambiente grande de la Maestranza.

Comienza la época buena, todo ha cambiado para mejor. Mi ciudad, mi rutina, un trabajo por fin, el calor, la primavera...en fin, todo es mejor ahora.

Ayer soñé...

Ayer soñé...

Ayer soñé que te veía, en un rincón de mis pensamientos, en un soplo de mi alegría. Ayer soñé que te veía, pero inútilmente podía llegar hasta a ti porque cuando más cerca estaba, tú dabas un paso hacia atrás.
Hacer soñé que me dabas la mano y que yo me sentía bien, feliz de sentirte. Ayer soñé que no lloraba por ti, que no luchaba porque estuvieras aqui.
Soñe con un lugar maravilloso donde todo era de color azul, con un gran arco iris de luminosos colores, un lugar tranquilo, donde todo era paz y seguridad. Tú estabas allí, en un banco, con tu sonrisa, charlabas amigablemente con otra persona. Feliz, como si nada hubiera pasado.
Yo sólo observaba, porque al intentar hablar y gritarte que yo estaba allí, mi voz se desvanecía.
Ayer soñé que eras feliz allí, en mis sueños.

Ayer soñé que tú de repente te volvías, desde tu lugar lejano y me sonreías,me hacías gestos con la mano para que me acercara pero, de nuevo, las piernas me pesaban y no podía caminar hasta ti, mi alegría.

Ayer soñe que no era necesario soñarte porque tú estabas aquí, a mi lado, sonriéndome. Ayer soñé que yo no te lloraba porque tú no te habías ido a ninguna parte.

Ayer soñé tantas cosas...

Posdata: te amo

Posdata: te amo

Ayer empecé a leerme un libro, que sin duda me está llegando al alma, se titula “Posdata: te amo”, sí, a simple vista te puede parecer una cursilada, un libro de estos empalagosos pero no es así.
Su protagonista, Holly, tiene que enfrentarse a la muerte repentina de su esposo, que muere con solo 30 años de un tumor en la cabeza. Ella cree que jamás podrá superar vivir sin Gerry pero él, antes de morir redacta una lista. Diez sobres que deberá abrir el primer día de cada mes. De esa forma, con la ayuda de Gerry, Holly empieza a vivir de nuevo sin él porque aunque su marido no esté en cuerpo presente, si lo está en esas cartas, en esos consejos que él le deja para que pueda superar su pérdida.

Todos esos consejos esconden un maravilloso sentido, unos consejos que pueden ayudar a cualquier persona que haya perdido a un ser querido porque te hacen ver más allá de la muerte, del dolor y del sufrimiento.
Te ayudan a recordar con alegría los momentos vividos y no te impide realizar nuevos momentos llenos de magia y felicidad, sin culparte de ser feliz sin la persona amada.

Sólo me he leído tres capítulos y ya siento como si la muerte de los seres queridos no fuera tan terrible como creemos, ya que hay millones de cosas por las que volver a ser feliz, el caso es darte cuenta de ellas, darte cuenta de que existen y de que están a tu alrededor.

Si queréis tener otra visión de la vida, de los sueños y del amor, comprar este libro porque estoy segura de que os sorprenderá su efecto.

Un beso

A mis seis niños

Aún puedo ver sus caras de asombro, mirándome con sus grandes ojos, escuchando atentos mis historia, con emoción reflejada en sus caritas. Yo disfrutaba al verlos tan atentos, con sus pijamas de colores y con ese olor de recién bañados. Acurrucados los dos en mi cama, y yo delante de ellos, poniéndole énfasis al cuento. Haciendo las voces, los ruídos, así sabía que no conseguiría dormirlos pronto pero sus caritas hacían que continuara inventando el cuento que los tenía ensimismados.

Ese momento, tan especial, con ellos, tan pequeños e inocentes, hacen que sonría constantemente. Ver como se disfrazan, a todas horas, con mis sobrinos, los cuatro mayores, cada uno con su disfraz, haciendo teatros e historias, mientras que el pequeño David repite el final de las frases, como un loro copiando a sus hermanos mayores.

Me encanta verlos jugar, corriendo por el jardín, esos sábados de sol y ver como Keanu, el más pequeño de todos, ya anda, muy despacito y sonriendo al ver que tú lo observas.

Sonrío cuando Camila coge sus cosas y se traslada a mi cuarto cuando yo llego a casa y a la hora de dormir se va directamente a mi cama. Sonrío con Patricio, cuando se pone serio a la hora de leer su libro de inglés, intentando hacer trampa, como si yo no me diera cuenta.

Vuelvo a sonreir cuando Juanma, tan cariñoso, me canta la última canción que ha aprendido en el cole, muy serio para no olvidar la letra, con su carita de concentración y su sonrisa. O cuando Moisés, tan mayor, ayuda a su hermano pequeño a subir la escalera o cuando viene y me abraza, tan bueno...

Sonrío cuando David, con sus dos años y ese cuerpecito de hombre, con su pijama de rayas celestes, ese que le hace parecer mayor, viene a buscarme a la cocina, mientras yo hablo con mi hermana. Aparece muy silenciosamente, sabiendo que yo me escondo cuando veo que se acerca, saca su cabecita por la puerta con su pícara sonrisa, sabiendo que en cuanto me vea, yo correré tras él, haciéndole cosquillas.

Son tantas las sonrisas que un niño puede provocarte...Con solo verlos, ya sonrío, porque sé que su amor y su acriño es incondicional y no buscan nada a cambio, simplemente, te lo dan. Como Juanma, que en cualquier momento se te acerca muy serio, te abraza y te dice que te quiere, con sólo cinco añitos.
Este mes, dos de mis niños cumpen años, y quería hacerles un pequeño homenaje a mis seis niños, porque hacen que mi vida tenga sentido y yo sonría constantemente cuando estoy cerca de ellos.

Hoy, esto es para ellos, por hacerme tan feliz.